La nueva cocina militar

Agencias-SPC
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Simón Font, nieto de Emilio López, el inventor de la fideuá, revoluciona el rancho del Ejército convertido en 'Cabo Cook'

La nueva cocina militar - Foto: Manuel Bruque

En el Regimiento de Transmisiones 21, con base en Marines (Valencia), las largas jornadas de maniobras tienen una recompensa especial: uno de sus miembros es un inquieto cocinero gandiense, nieto del inventor de la fideuá, que no solo revoluciona la alimentación de la tropa sino que muestra, en las redes sociales, una cocina militar muy diferente. Se trata del cabo primero Simón Font, o Cabo Cook en su perfil civil, de 38 años, descendiente de Emilio López, cocinero curtido en arrocerías de la Malvarrosa valenciana que dejó su huella en la historia de la fideuá desde los fogones del Hotel Europa de Gandía y que, según explica su nieto, «fue el primero que la hizo en paella, pues hasta entonces era melosa y en caldero».

A falta de linaje militar, que no lo había en su familia, el cabo Font decidió echar mano de su buena mano en la cocina y sus condecoraciones ganadas a base de paellas domingueras para ganarse la confianza de sus superiores, primero para que le dejasen «evolucionar» el rancho militar y más tarde para que le permitieran divulgar los entresijos de la cocina de campaña.

El primer éxito de su canal de YouTube La Bandeja Metálica fue la receta del pollo crujiente, o pollo crunch, como lo llama el cabo Font, el avituallamiento preferido del primer batallón de Transmisiones 21.

«Cuando nació mi hijo estudiaba Técnico Superior en Cocina y empecé a divulgar en YouTube cómo hacer potitos naturales. Después colgué vídeos en TikTok e Instagram sobre la comida que preparábamos durante las maniobras, pero cuando comenzaron a crecer las visualizaciones -hasta medio millón- hubo cierta polémica porque nadie puede grabar ni hacer fotos dentro de ejercicios militares», relata.

A partir de ahí empezó «de cero», pidió los permisos oficiales y desde el departamento de Comunicación del Ejército de Tierra le propusieron crear el canal de La Bandeja Metálica, un guiño a la película de Stanley Kubrick La chaqueta metálica.

¿Y es posible lucirse al cocinar para un centenar de hambrientos soldados? «Depende del chef -responde-. Hacerlo mal puede traer problemas (risas) pero la verdad es que hago muchas pruebas en casa, me preocupo por aprender, ver qué se puede hacer con el presupuesto...».

«Evidentemente, no hice experimentos el primer día. Poco a poco creo que me he ido ganando la confianza de los mandos y, con el apoyo de compañeros, vamos haciendo cosas nuevas y siendo creativos», explica Font.

Y hace así referencia a platos como el pad thai, la cabeza de lomo con seis horas de horno, las torrijas a la horchata o paellas y arroces siempre variados y adaptados a los productos de la zona en la que se desarrollan las maniobras.

Fogones de campaña 

Pero la dificultad no radica únicamente en la cantidad o exigencia de los comensales, porque el cabo Font y su equipo se las tienen que ver con una singular cocina-remolque que funciona con gasóleo -fabricada en Zaragoza- cuyo delicado manejo exige grandes conocimientos sobre el comportamiento de este combustible, temperaturas y presiones.

Este carromato, que no requiere de electricidad y que permite una gran independencia, se transforma en pocos minutos en tres fogones a los que se pueden adaptar accesorios (ollas de presión o planchas) y abastecer a un centenar de personas durante la semana que suelen durar los ejercicios.

«En próximos programas de La Bandeja Metálica intentaremos acompañar a la brigada de paracaidistas, donde comen unas 500 o 600 personas; haremos postres, hablaremos sobre cuchillos y su mantenimiento», señala.

También admite que su mayor ilusión sería trabajar con el mediático Pablo Albuerne, más conocido como Gipsy Chef, con quien comparte su forma sencilla pero pasional de entender la cocina.

¿Y si un día se presenta a comer el Jemad? «Me la juego con mi rancho», concluye este soldado-cocinero que solo en TikTok acumula ya casi 17.000 seguidores.