Pilar Cernuda

CRÓNICA PERSONAL

Pilar Cernuda

Periodista y escritora. Analista política


Falta de respeto

06/04/2020

Pedro Sánchez, además de incompetencia para dirigir el país en tiempos de crisis, demuestra también una falta de respeto a los españoles que, actitud grave en cualquier personaje, pero más aún en un presidente de gobierno.

El sábado mantuvo conversaciones varios dirigentes de la oposición, a los que pidió apoyo para ampliar el estado de alarma hasta el 26 de abril. Sabía de antemano que lo tenía, así que no sería ese el motivo de la conversación, o así lo entendieron sus interlocutores que esperaban algún dato de los que no trasciendan a la opinión pública, Entre ellos, cuáles de las medidas económicas anunciadas eran negociables, o si pensaba abrir el Parlamento, cerrado incomprensiblemente y es posible incluso que ilegalmente, porque precisamente en tiempos de crisis es cuando el gobierno tiene mayor obligación de comparecer para explicar sus medidas.

No explicó nada. Los anuncios los reservaba para una nueva comparecencia a través de la televisión, comparecencias que son auténticos mítines que provocan indignación en los millones de españoles atentos a que haga algún anuncie relevante, y comprueban desolados que lo único que transmite es que su gobierno hace lo que tiene que hacer. Afirmación que incrementa la preocupación en los que ven que el famoso “pico” no acaba de llegar, el gobierno no sabe para dónde tirar, no ha hecho caso de los llamamientos de alerta de las instituciones sanitarias internacionales y europeas, no sabe comprar en el mercado internacional, ni ha sabido administrar la centralización de la Sanidad.

Pablo Casado ha declarado en El Mundo que, en su conversación, Sánchez no le trasladó que el 26 de abril era fecha ampliable para el estado de alarma. Tampoco le mencionó su intención de promover un pacto con todos los partidos y las fuerzas sociales. Quería anunciar Sánchez las dos cosas unas horas más tardes. Olvida Sánchez que el modelo Pactos de la Moncloa, los promovió un presidente que se estaba dejando al piel por su país; que Adolfo Suárez se rodeó de los mejores para su primer gobierno, y era un hombre al que no le importaba ceder ante los partidos de la oposición y las fuerzas sociales para alcanzar acuerdos indispensables para salvar España de una complicadísima situación política y económica.

Todo eso le falta a Sánchez. El equipo –trufado de políticos que no quieren a España- y sobre todo la voluntad de trabajar por el bien común. A Sánchez solo le mueve el bien propio y no le ha importado firmar decretos de sello podemita nefastos para remontar una economía devastada.

Este domingo ha escrito un artículo en El Mundo que provoca ira. Se presenta como un líder europeo que propone a la UE estímulos económicos que fomenten la solidaridad y la unidad entre los países miembros. Que hable Sánchez en esos términos es, una vez más, una falta de respeto a los que saben cómo gobierna y con qué criterios.