El nuevo cambio en las obras de Padre Claret reaviva las dudas

D. A.
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El concejal de Obras defiende que la decisión de no cambiar la losa de hormigón responde a criterios técnicos, pese a haberse considerado durante años parte del problema de los baches

Las obras de Padre Claret arrancaron en octubre con un plazo de ejecución de cuatro meses.

Padre Claret amenaza con seguir dando que hablar más allá del fin de la reurbanización que se lleva a cabo actualmente con un plazo de ejecución que, en teoría, vence en la segunda quincena de febrero. Se esperaba que fueran los que acabaran con los frecuentes remiendos (al menos 15 en 13 años) por baches rebeldes y otros desperfectos habituales, y se supone que en ello confía aún el Gobierno local, pero no todos. Dudan, entre otros, la portavoz municipal de Cs, Noemí Otero, y también el propio presidente de la patronal de la construcción, Javier Carretero, que son quienes se pronunciaban en los últimos días, tras conocer la nueva modificación de proyecto (tras la que ya se abordó en 2022) que ha decidido abordar el Gobierno local, esta vez con la obra en marcha. 

La parte más controvertida de la reforma es la relativa a la losa de hormigón, que durante años se ha visto como parte del problema (junto a la irregularidad del adoquín, el espesor de la capa de mortero o las rejillas de ventilación) y ahora se ha decidido no tocar. ¿Hay motivos entonces para dudar de la eficacia y durabilidad de los trabajos? El concejal de Obras, Miguel Merino, visiblemente molesto por volver a ser preguntado este jueves, insistía en que la decisión se ha tomado en base a «informes técnicos», a la vez que deslizó entre líneas que las dudas puedan deberse al desconocimiento. «Tengo la sensación de que me estoy repitiendo, creo que es la tercera rueda de prensa que hago esta semana (una de balance de Navidad, otra para hablar del candidato del PP y la de este jueves, que es la que se convoca cada semana para responder preguntas generales sobre «aspectos de la actividad municipal»), y creo que en las tres he dicho lo mismo (a preguntas de periodistas): no confundamos lo que es el forjado del parking con lo que es la losa de hormigón», afirmó. «Entiendo que es una cuestión difícil de comprender porque son asuntos tremendamente técnicos, pero por favor, no tratemos de generar este tipo de dudas cuando está avalado por determinados informes técnicos», añadió.

LA JUSTIFICACIÓN TÉCNICA. En el decreto de Alcaldía tramitado para modificar el proyecto se indica que, «al retirar el adoquín y realizar catas, se ha podido constatar que la losa es continua, incluyendo la calzada y las aceras de ambos márgenes, además de tener un espesor muy superior al considerado en proyecto, y un apoyo sobre material suelto (arlita) en lugar de un terreno compactado como preveía el proyecto». «Presenta un buen estado sin fisuras y aspecto uniforme en su acabado», y por ello se decide no tocar.

A continuación se apunta que «este cúmulo de circunstancias detectadas al retirar el adoquín eran imposibles de prever», según se añade, «por la inviabilidad de realizar catas en esta vía por el tráfico que soporta, puesto que ello obligaría a cortar el tráfico en la misma durante bastante periodo de tiempo al sumarse al de ejecución el de reparación y fraguado». Una justificación que llevaba esta semana al presidente de la patronal de la construcción, Javier Carretero, a considerar que «atentan contra nuestra inteligencia», dado que no es ésta una calle que lleve mucho tiempo sin reformarse, que es lo que suele explicar el déficit de documentación de planos sobre canalizaciones, materiales y demás, y las obras del parking subterráneo se ejecutaron entre 2007 y 2009. «Si aparece un hormigón que no estaba previsto tendrá que dimitir algún técnico», decía Carretero en declaraciones a Radio Segovia.

Entretanto, Merino aseguraba que las obras, que arrancaron el 17 de octubre con un plazo de ejecución de cuatro meses, seguirán sin sobrecostes ni parones. «Me preocupan más las inclemencias meteorológicas que este modificado», ha reiterado esta semana. «Si se retrasa 15 días más o menos, si implica una modificación de proyecto sin la suspensión de la obra, pues a mí me parecen cuestiones menores», añadía el jueves. La durabilidad y la eficacia del proyecto en curso las dirá el tiempo.