El sonido del silencio

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La fábrica de Seat cuenta con una cámara anecoica que minimiza los ruidos de un vehículo y define los que sí se deben de oír

El sonido del silencio

En el desierto de Atacama, la NASA hace pruebas al comparar su superficie con Marte. En Ushuaia (Argentina) solo se oye el aleteo de los pingüinos y el hielo agrietándose. Podrían ser los lugares más silenciosos del planeta, pero no es así. El primer puesto es para las cámaras anecoicas. Un nombre curioso y muy sonoro para definir una instalación donde se emulan las condiciones acústicas más cercanas al silencio absoluto. 

El Centro Técnico de Seat en Martorell cuenta con una de estas cámaras, diseñada específicamente para medir con la máxima precisión, sin ninguna interferencia, los ruidos y sonidos de cada vehículo. Así funciona.

El templo del silencio está diseñado con un sistema llamado Box in box, dos cajas, una dentro de la otra, con varias capas de hormigón y acero que lo aíslan del exterior, recubiertas de materiales que absorben más del 95 por ciento de las ondas, evitando así el eco y la reverberación.  En algunos se puede llegar a escuchar la sangre circulando por las venas o el aire en circulación por los pulmones.

El sonido del silencioEl sonido del silencioDesde el motor o las ruedas girando, al cierre de una puerta y de la ventilación, a la inclinación de un asiento. La lista de fuentes sonoras de un automóvil es interminable. En la cámara se analizan todas. «Por un lado, medimos el nivel de desagrado de los ruidos y comprobamos que estén reducidos al mínimo y por otro, verificamos los que queremos oír. Finalmente, trabajamos en la armonía de todos ellos», explica Ignacio Zabala, responsable del departamento de Acústica de Seat.  

Ingenieros y técnicos prestan especial atención al motor y al escape, porque son la voz del coche. Muchos de los sonidos transmiten información, como el inconfundible clic rítmico de los intermitentes que permite saber, sin mirar, que están activados. Pero el motor y el escape no solo informan de cuando cambiar de marcha o de la velocidad de aceleración, sino que también muestran el carácter de un modelo. «Todos tenemos una idea muy clara del rugido de un motor deportivo. Por eso, comprobamos en la cámara anecoica que transmite lo que queremos» sostiene Zabala. 

En el interior de la sala, los especialistas graban con diferentes micrófonos de alta sensibilidad. Entre ellos, un binaural, un torso con micrófonos a la altura de los oídos para obtener grabaciones representativas de cómo lo percibirían los ocupantes. Lo colocan en diferentes posiciones para determinar que cada uno de los sonidos analizados se oye como debe desde cualquier ángulo. Pero, además, se recrean diferentes condiciones, por ejemplo, de temperatura porque «no suena igual un limpiaparabrisas con calor que bajo cero, el motor recién encendido que cuando ya se ha calentado, o las ruedas sobre diferentes pavimentos».  

El sonido del silencioEl sonido del silencioHercios, decibelios y psico-acústica. Los ingenieros y técnicos del equipo disponen de muchas herramientas de análisis. Desde las más básicas, como el volumen o la distribución espectral, hasta otros parámetros más técnicos, llegando incluso al campo de la psico-acústica, es decir, la percepción subjetiva del sonido. «Por ejemplo, un leve tintineo nos puede poner muy nerviosos y molestarnos más que algo estridente», asegura Zabala. Uno de los más importantes índices de la psico-acústica es el de articulación, que mide la capacidad de mantener una conversación entre dos personas en un entorno concreto.

«No sirve de nada que el coche tenga un gran aislamiento si luego oímos la ventilación demasiado fuerte. Por eso tan importante es reducir ruidos y definir sonidos como conseguir una armonía entre todos ellos», cuenta Zabala. Y todo para lograr el mayor confort de los ocupantes del vehículo, porque la acústica «tiene un impacto directo sobre la comodidad y es determinante en la percepción de calidad de un automóvil».