Bien pudo pasar desapercibida la presencia de un empresario belga, aunque fuera el más alto de todos, con la cantidad de personas que participaron en la mesa de trabajo y la presentación del plan industrial que amadrinó la ministra el pasado lunes. Su nombre no dice nada por esta tierra, Gerard de Brabandere, y tampoco demasiado el de su empresa, Mulder Natural Foods. Otra cuestión es si se habla de esta firma como proveedora de cereales en más de 60 países, incluido España, donde tiene entre sus clientes a Mercadona por productos de su marca blanca, Hacendado; y su visita cobra especial relevancia cuando, según ha podido saber El Día, vino para conocer la ciudad y manifestar su interés por abrir fábrica en Segovia.

De Brabandere formaba parte de la delegación belga liderada por el embajador del país flamenco en España y su agregado comercial. Fue invitado por Drylock, multinacional también belga con la que tiene cierta relación, e incluso participó en la mesa de trabajo que se celebró en el Ayuntamiento antes de la presentación del plan industrial, a pesar de que Mulder no figura entre los socios promotores o colaboradores.También posó en la foto de autoridades en la Plaza Mayor; a un lado, pero dentro de plano.

Una vez terminado el acto, poco después de que se fuera la ministra y su comitiva, De Brabandere compartió mesa y mantel con la alcaldesa, Clara Luquero, la concejala de Urbanismo, Clara Martín, y el director general de la factoría segoviana de Drylock, Miguel Ángel González, además del embajador belga y su agregado comercial. No se escondieron precisamente, ya que habían reservado mesa justo al lado, en plena Plaza Mayor, en una terraza a la vista de cualquier curioso. De Brabandere podía pasar desapercibido pero, evidentemente, sobre todo Luquero no, aunque el Ayuntamiento haya optado por no tomar la iniciativa de avanzar nada en relación con los planes de esta empresa alimentaria.

Fábrica de Mulder en Bélgica.Las mejores referencias sobre Segovia ya las tenía Mulder por Drylock, que juega un papel fundamental en su posible desembarco. De hecho, si la ciudad termina acogiendo la fábrica de cereales, tal y como apunta a suceder, la idea es que sea en los mismos terrenos cuyo desarrollo urbanístico prepara el Ayuntamiento para el plan industrial que abandera Drylock. Además, aunque no figure entre los socios promotores o colaboradores de ese macroproyecto, podría prestarse a sinergias con el nuevo polo estratégico de fabricación de envases biosostenibles y de logística.

No en vano, Drylock destacaba el lunes que el «objetivo» del plan industrial que lidera es «promover un efecto tractor en diferentes cadenas de valor, atendiendo a sectores como el agroalimentario», entre otros, «combinando sus capacidades industriales con un potente proyecto logístico».

La propia factoría segoviana de Drylock se concibió como un centro logístico de referencia para su grupo de cara al «abastecimiento de los mercados íberos (España y Portugal) y los del sur de Francia e Italia y norte de África», y Mulder pretende algo parecido, dentro de su plan estratégico de expansión.

Mulder se fundó en 1982, pero no fue hasta 1999 cuando pasó a manos flamencas. Ya en 2004, con De Brabandere de copropietario, trasladó su producción a Roeselare-Beveren, y allí cuenta actualmente con una de las fábricas de cereales para desayuno más modernas del mundo, después de haber invertido alrededor de 15 millones en los últimos años para su renovación. Su objetivo, convertirse en el mayor productor de marcas blancas de su sector en Europa (en 2018 era el segundo con un 25% de cuota de mercado, según datos publicados por prensa especializada belga). Bajo la marca Hacendado, concretamente, comercializa desde snacks para ensalada hasta cereales de avena crujiente para desayuno. Un punto a favor de su posicionamiento estratégico en España, con Segovia como posible localización.