Ignacio Fernández

Ignacio Fernández

Periodista


Jóvenes

29/04/2021

Ojala que este despropósito de centrar el debate político sobre las amenazas a los politicos se hubiera convertido en un debate permanente sobre el informe del Banco de España a cerca de las consecuencias de la Covid sobre las nuevas generaciones de españoles. A la vez que llegaba la navajita plateá y Adriana lastraba su precario prestigio con el «no pasarán», a la vez, digo, se difundía un informe demoledor sobre cómo la pandemia deja cojitranca a una generación entera: viviendo con sus padres, endeudados hasta las cejas, con contratos frágiles. Maltratando a los que tendrán que mantener el país.
Pero irresponsablemente, en la política pazguata que padecemos no tiene cabida un embolado de este calibre. Es más fácil hacerse fotos con una cheira pintarrajeada de rojo por un loco o dedicarse al insulto permanente entre aquellos en cuya mano debe estar la concordia del remo conjunto para sacar el burro del atolladero. Es decir: los jóvenes, en su casa, en el paro, o con el suelo ralo y el contrato corto, mientras subsisten con la ayuda paterna, han de afrontar que en lugar de que los candidatos y sus partidos afronten el problema del desempleo juvenil, se dediquen a darse leña como verduleras convirtiendo la escena nacional en una taberna de mala pinta.
No hay derecho: España es campeona de Europa en desempleo juvenil. España tiene al menos cuatro niveles administrativos costosísimos, además de una miríada de organismos a cual más oneroso. En España muchos parlamentarios, muchos altos cargos, muchos consejeros de los que les das un canuto y hacen una «u», cobran lo que en la vida espera cobrar un chaval con su carrera, su master y su ilusión por comerse el mundo. Es una vergüenza que esto no se trate a diario y se pacten entre todos soluciones urgentes y mutuales. Bananero.