Jesús Quijano

UN MINUTO MIO

Jesús Quijano

Catedrático de Derecho Mercantil de la Universidad de Valladolid


Sin mascarilla

28/06/2021

Al fin sin mascarilla. Teníamos ya serias dudas de si volveríamos a ver completos los rostros de tantas personas conocidas, o a las que identificamos cuando nos cruzamos con ellas, y de pronto, al menos en espacios abiertos, hemos llegado al fin de esa incómoda limitación que suponía el uso obligado de la mascarilla. Otra vez podremos percibir, sin tener que suponerlo, si la persona con la que nos encontramos y nos paramos para saludarla o charlar un rato está alegre o triste, hace gesto de complicidad o de lejanía, muestra satisfacción o enojo. Porque, efectivamente, mucho de todo esto había que intuirlo detrás del embozo, con el riesgo de una equivocación inoportuna.

Evidente es que, tras este año y medio de desgracias, preocupaciones y temores, estábamos necesitados de buenas noticias sanitarias, y las dos más significativas, el comienzo del proceso de vacunación y la posibilidad de prescindir de la mascarilla, aunque sea limitadamente, se han producido. Se explica bien el acopio de buen humor que se ha distribuido en tantos mensajes que han tomado como santo y seña la popular expresión del “me suena tu cara”, tantas veces usada como embarazosa disculpa cuando se supone que deberías conocer a alguien a quien no terminas de identificar, y ahora convertida en gozosa exclamación cuando recuperas íntegra la imagen de alguien conocido al que llevabas un año sin ver su rostro al completo.

Tan buena noticia es que probablemente la forma y el contexto en que se dio a conocer no fue la más adecuada. Lo hizo el Presidente del Gobierno en la clausura de un evento empresarial del Círculo de Economía de Cataluña. Tratándose de una medida directamente sanitaria tal vez hubiera sido más lógico discutirla primero en uno de esos Consejos Interterritoriales de Sanidad, donde está el Ministerio y las Comunidades Autónomas, y anunciarla como decisión colectiva. Tanto se ha invocado la necesidad de compartir la estrategia sanitaria contra la pandemia, y tanto se ha defendido la competencia autonómica en la materia tras el fin del estado de alarma, que choca un tanto esta manifestación unilateral a la hora de anunciar una medida tan simbólica. No deja de ser una medida positiva por eso; pero lo hubiera sido más, pensando en el interés general sanitario y no sólo en el político, presentada de otra manera. Creo yo.