Jesús Quijano

UN MINUTO MIO

Jesús Quijano

Catedrático de Derecho Mercantil de la Universidad de Valladolid


Navidad distinta

21/12/2020

Dudé hasta el final si titular esta columna como “Navidad especial”, “Navidad distinta”, “Navidad triste”. Lo dejé en “Navidad distinta” porque me pareció lo más neutral, no por otro motivo. Desde luego que va a ser especial, sin duda, porque es especial lo que no es normal, lo que se aparta de lo habitual. Y esta Navidad no va a ser normal, como es evidente; se apartará notablemente de lo acostumbrado, de lo que la inmensa mayoría de la gente ha venido practicando tradicionalmente en estos días.

Pero también va a ser triste, qué duda cabe. En general, somos una sociedad cultural y vitalmente muy inclinada a la celebración compartida, y esa tendencia ha tenido desde largo tiempo una manifestación muy particular en la Navidad. Incluso más allá del significado religioso que está en su origen histórico, más allá también del exceso consumista y del despliegue publicitario que lo invade todo, estas fiestas han conservado un significado especial en el que coinciden los sentimientos de diversas generaciones; no es frecuente encontrar acontecimientos capaces de suscitar a la vez la ilusión de los más pequeños y la nostalgia de los más mayores. Son muchos los que esperan esta ocasión en la distancia para encontrarse con las personas más cercanas, para retornar a su lugar de origen, para revivir momentos entrañables de sus vidas, máxime en estos tiempos donde la dispersión está a la orden del día.

Así que van a ser tristes. Me vienen a la mente tantos abuelos que esperaban el encuentro navideño para conocer a un nieto nacido en cualquier parte del mundo y al que aún no han visto más que por Skype; tantos niños que no entenderán por qué esta vez no pueden reunirse con sus primos; tantas personas, en fin, que querrían volver a su pueblo, y no van a poder hacerlo, que van a tener que modificar sus costumbres de siempre, que van a estar solos, o desorientados, o apenados. No sé si la convicción racional de que es inevitable hacerlo en las circunstancias actuales será suficiente para compensar la tristeza; no será fácil. Habrá que intentarlo; esta vez habrá que intentar dar a esos deseos de felicidad que nos transmitimos estos días un significado especial. Simplemente el de que vendrán tiempos mejores, y esperamos verlos. Pues ese es mi deseo.