Fernando Aller

DESDE EL ALA OESTE

Fernando Aller

Periodista


El dilema del pacto

17/04/2020

En su última rueda de prensa televisada, Pedro Sánchez elevó notablemente el lenguaje bélico de su discurso. Añadía al sentimiento de fatalidad la dosis ventajosa de coraje que provoca la identificación del enemigo común, la fórmula por la que se diluyen los límites de las diferencias, políticas, ideológicas o económicas, a fin de lograr el mayor respaldo en la estrategia que se ofrece como solución: La “postbélica reconstrucción” de la economía mediante un pacto social y económico.

Pedro Sánchez pretende reeditar los Pactos de la Moncloa del año 1977, aquel acuerdo social y económico sobre el que se fraguó la Transición de la dictadura a la democracia. El presidente del Gobierno busca la complicidad con el señuelo de la nostalgia, un sentimiento que tiende a idealizar el pasado sin tener en cuenta que nada vuelve. Todo fluye, diría el filósofo, y la situación de la España actual nada tiene que ver con las condiciones que impulsaron aquel acuerdo sobre el que acabó germinando la Constitución aún vigente.

Varios fueron los factores que propiciaron entonces la complicidad de los partidos políticos, sindicatos y empresarios, en respuesta al llamamiento del Gobierno de Adolfo Suárez. El más importante, el miedo. La sociedad española, apenas dos años después de enterrado Franco, temía la involución. Los cuarteles eran hervideros donde se cocían soluciones de fuego y sangre a la hora del café. Políticos de izquierda y sindicatos optaron por la mansedumbre. Grupos empresariales poderosos actuaban como lobbys extranjeros, conscientes de la necesidad de evitar mayores riesgos en una economía maltrecha, con sistemas de producción obsoletos, una inflación del 30% y prohibitivos intereses del dinero. La televisión, gubernamental y única, abanderaba el posicionamiento unánime de periódicos y emisoras. Hoy influyentes medios de comunicación mantienen posiciones encontradas, en ocasiones alineados abiertamente con siglas de partido. Las encuestas son el oráculo que define las estrategias, no el bien común. La colaboración consolidaría a Sánchez. La autoexclusión sería tildada de insolidaria y antipatriota. Prevalece la cautela. Difícil dilema ante posiciones egoístas.