Ignacio Fernández

Ignacio Fernández

Periodista


Cochinada

15/04/2021

Como buenos cortesanos, en las Cortes, espectáculos que no podríamos recomendar a nuestros hijos. No es lo malo la deriva del debate ni la escasa urbanidad de “sus medianías” (que no señorías). Es que, mientras se enzarzan, la casa sin barrer. Y la economía. Por ejemplo, nuestro sector primario: el vino. Sector en  tremendas dificultades y víctima, a mayores,  de riesgos añadidos. El último episodio, para nota: en la “borgoña” castellana, la Ribera de Duero, la Aguilera, vértice de grandísimas marcas, una de las mayores concentraciones de España de puntos Parker y Peñín, quieren instalar una macrogranja. De cerdos. Tal cual.

Ancha es Castilla. Pero no había otro sitio.. Una estética instalación dotada de todo tipo de desagradables olores, trasiegos putrefactos y un semantismo cañí impropio del “bouquet” excelente y los taninos de calidad. De ahí que en la Ribera anden estos días soliviantados con la cochinada, pidiendo árnica a la Denominación de Origen y ésta, buscando la manera de hacerse oír ante las administraciones.

La boñiga puede caerle a la alcaldesa de Aranda, a la que le toca decidir sobre la licencia, pendiente de la declaración como Ciudad Internacional del Vino con una granja de gochos a la vera. Y el presidente de la D.O., afortunado en disponer de un asunto así para demostrar que sirve para lo que vale.

Traigo éste como un ejemplo de los muchos que pueden traerse para acreditar que la política es la de los detalles, la de las cosas grandes de tamaño pequeño, y sobre todo, la del don de la oportunidad: la función cautelar y dirimente propia de los mandatarios de nivel y no los burócratas de manguito a los que no se les conocen más lecturas que el Boletín Oficial de la Provincia. Pues a lo que estamos, a las tajadas. Que ya vale de hacer el canelo con asuntos como el del vino, la transformación digital o la nueva economía.