Aurelio Martín

UNA COL

Aurelio Martín

Periodista


Hasta aquí hemos llegado

11/02/2022

Los representantes políticos tienen la costumbre de ponerse de los nervios en las campañas electorales, lo que termina influyendo en sus electores, ávidos de conocer propuestas sin estridencias y de que se les garantice cierto sosiego, lejos de las crispaciones y de los ataques de los rivales, que terminan trasladándose a las conversaciones en casa o con los amigos.

Esta campaña electoral ha tenido la exclusividad de ser única en España, en la actualidad, en un momento especial para la política nacional, donde se viven muchos sobresaltos, y que desde luego se ha intentado relacionar con un escalón hacia el futuro. Este extremo lo prueba la presencia masiva de miembros del Gobierno central o de los principales candidatos a la Presidencia de la Junta de Castilla y León, a la vez que se ha abandonado el tradicional formato de mítines, y los pocos que hay son para los militantes de los partidos, para convertirse en paseos que se emplean para ofrecer las declaraciones del día y hacerse la foto ante el monumento de rigor.

Este tiempo que en el inicio de la democracia se entendió como el periodo para conocer las ofertas electorales, y dar cuenta de lo que se ha cumplido, ha pasado a ser un ejercicio de mercadotecnia, incluso utilizando argumentos y palabras que normalmente serían rechazados en otro momento, por su impertinencia. El hecho es que, después de más de cuatro décadas, se ha avanzado muy poco, comenzando porque la Ley Electoral no se ha ajustado ni a las tecnologías digitales y a la inmediatez de las informaciones que ofrece internet ni a los diferentes soportes de los medios de comunicación, interfiriendo en las escaletas de los informativos televisivos, para dedicar tiempos con arreglo a los votos y representación obtenida en anteriores comicios, aunque se dé la circunstancia de que no exista noticia y ésta se encuentre en otro ámbito.

El periodo electoral se inicia para los representantes públicos al día siguiente de una votación, pero también, y esto no se debe olvidar, de la fiscalización al poder, también a la oposición, que hacen los ciudadanos o que, desde luego están en la obligación de hacer, porque ellos son los principales protagonistas del sistema y también a quienes deben de ir dirigidas las políticas que se proponen.

En las declaraciones programáticas de los partidos, que no dejan de reprocharse sus comportamientos, unos a otros, hemos podido conocer que existen un amplio consenso en cuanto al diagnóstico de las necesidades de Segovia, desde el refuerzo a la sanidad pública, la industrialización, la fiscalidad o la despoblación, ahora lo que hace falta es que quien llegue al Gobierno sea capaz de sacar adelante de manera equilibrada en el conjunto de las nueve provincias de Castilla yLeón y no se margine a nadie por el mero hecho de aportar menos escaños al Parlamento autonómico. Hay que contar con que los administrados son mayores de edad, también se saben los cuentos de todos, y están en la obligación de acudir a las urnas para que, entre todos, elijan a quien crean que puede trabajar mejor por el bien común.