Ignacio Fernández

Ignacio Fernández

Periodista


Error

09/01/2020

No le den más vueltas: la repetición de las Elecciones Generales es uno de los peores negocios que se han hecho en España. Y mira que se hacen negocios malos por aquí. Pues este lo supera con creces. Lo dicen las matemáticas: Sánchez llega a presidente con 10,9 millones de votos, sumando los suyos y sus apoyos. La suma de PSOE y Ciudadanos en abril habría supuesto 11,7 millones. Pero es que además, ahora son más los votos de los Grupos Parlamentarios que han votado en contra, 11,3. Y las abstenciones, la verdadera hipoteca, 1,1. Es decir: un Gobierno del PSOE apoyado por Ciudadanos habría tenido más base de votos y el Parlamento no sería la jaula de grillos que es ahora.
El error manifiesto de Rivera pasará a la historia. A la suya, desde luego, porque se ha quebrado la carrera del político más “millennian” del catálogo de la última década. La estabilidad queda en entredicho. Y eso que no me apunto yo a esta grandilocuencia con la que unos reputan como hecatombe lo ocurrido y sus antagonistas, por el contrario, encuentran en la coalición del bálsamo de todas las heridas. Pero convengamos que no es el mejor acuerdo el que reside en convenios con formaciones cuyo último sentido precisamente es que que el adversario desaparezca.
Así que, sentado que volver a votar ha sido una intentona fallida, es tiempo de recuperar lo que socialistas, comunistas y centristas supieron hacer durante la transición: precisamente eso, transar. Que seguramente no fue más fácil legalizar el su momento el PCE o alumbrar el régimen autonómico. Y los pactos lo consiguieron. Eso junto con grandes dosis de pedagogía es lo único que nos queda. Cambiar el foco de los problemas, engrandecer el oficio de los políticos y subjetivizar sus andanzas serían otros requisitos. España es un país vetusto pero no es un viejales. (Vamos, eso creo)