Javier Santamarina

LA LÍNEA GRIS

Javier Santamarina


Un lugar tranquilo 2

23/07/2021

Cuando se matiza mucho en la vida, se corre el riesgo de acabar diciendo nada importante. Un ejemplo sencillo lo tenemos con cualquier película de Emily Blunt, porque su sola presencia justifica el visionado.
Pese a las ocurrencias o el viento a favor, si un gobernante carece de principios es cuestión de tiempo que la gangrena de su influencia llegue a lugares insospechados. Algunos quieren pensar que una inteligente política de comunicación evita cualquier estigma y arregla cualquier posible desaguisado. La ignorancia sobre las consecuencias de los actos propios facilita el arrojo para tomar decisiones; en este sentido, la política se ha transformado en una apuesta permanente. La inmediatez es lo único relevante y el relato se impone a los efectos de la desidia gubernamental. 
Los votantes del Brexit o si me apuran, los británicos en general no llegaron a coger cariño a Theresa May. No es que fuera una mujer de virtudes increíbles, porque sus dudas podían llegar a ser exasperantes, pero tenía un sentido de la responsabilidad del cual carece Boris Johnson. El gobierno británico ha carecido de una estrategia coherente sobre como gestionar la pandemia y se ha limitado a gastar como si no hubiese un mañana.
Tampoco tuvo su mejor momento cuando despidió a su estratega de comunicación porque sin él no habría ganado el Brexit ni el cargo; pero quería más a su mujer. Las cosas se complican si tu ministro de Sanidad decide besar a su asesora en un lugar accesible por las cámaras. No sé por qué todo el mundo se ha centrado en el incumplimiento de la distancia social, cuando lo grave es priorizar afectos personales en un cargo, por definición, temporal. 
Si lo anterior era malo, que alguien se olvide documentos secretos de Defensa en una parada de autobús es el colmo. Lo último que imaginaría es que alguien que tuviera acceso a secretos de Estado, utilizase el transporte público. Una nación sólida no puede vincular su prosperidad a un individuo. El cortoplacismo de los mediocres debilita a las instituciones y fomenta la apatía política. Boris Johnson va a destrozar a su partido con tal de sobrevivir. Lo triste es que los británicos desconocen el alto precio que van a pagar por su desahogo electoral. Las democracias jóvenes valoran más las siglas que los hechos. El declive de Argentina no se consiguió en un solo día y necesitó apoyo electoral.