Ilia Galán

LA OTRA MIRADA

Ilia Galán

Poeta y filósofo


Delito de oídos

04/02/2021

Me miraba y el odio le rezumaba por los ojos, había suspendido y su soberbia no toleraba mi juicio. El enojo tiende a afearnos el rostro pues ella era bellísima, pero la ira le deformaba el gesto. ¿Debía denunciarla y someterla a un ejemplar castigo legal? A saber si pensaba arrojar contra mí maldiciones horrendas... No, cada cual con sus sentimientos si odia y lo expresa con palabras o muecas siempre que no nos «ofenda»... Allá ella con lo que sienta...
Lo que no se asienta es la situación de las nuevas afrentas, pues en nuestros días cualquiera se siente agredido, basta ser mirado y no admirado para sufrirlo... Un lío jurídico. Véase el caso de un partido del que sus excesos no admiro pues a veces veta el acceso a la información a ciertos periodistas que concibe como adversos: varias federaciones musulmanas catalanas han denunciado ataques de Vox con un vídeo a sus fieles en la campaña «stopIslamización».
Hablan de xenofobia en su denuncia, mas no es exacto pues no es rechazo del extranjero sino de un fenómeno religioso que puede implicar sociales deterioros y, depende de qué estilo, atentados varios. Hablan de cómo se organiza el islamismo en la enseñanza escolar o se construyen nuevas mezquitas y se muestran imágenes de los atentados en las Ramblas en 2017. Así denuncian el vínculo, real, como el peligro que hay entre ciertas formas religiosas y fanáticas que vienen del islam y los ataques terroristas a nuestra sociedad de libertades. Más de medio millón y medio de musulmanes hay en España y de ellos 200.000 tienen la hispánica nacionalidad, la mayoría en Cataluña.
Conviene distinguir pues muchos musulmanes no defienden la violencia y hay quienes defienden un islamismo moderno, abierto, crítico, reformado y liberal. A estos habría que apoyarles pues si se estigmatiza a todos pueden muy bien, al sentirse injustamente maltratados, convertirse en radicales o en odiosos odiadores.
Grave problema es la constricción de la libertad de expresión y que no se pueda «ridiculizar» a una parte de la población o comunidades concretas, según las leyes europeas. Twitter les censuró el vídeo. No ocurre así cuando se burlan de los cristianos, por ejemplo. 
Aunque el odio es horrendo, resulta difícil demostrarlo. No debemos juzgar los sentimientos ni las ideas que cada uno lleva dentro, sino los hechos cuando estos realmente sean malignos. Por eso, al final, resulta un desvarío y tienden a transformarse en un delito de oídos, de lo que unos y otros opinan y se dicen boca a boca, oído a oído, pues han sentido o imaginado que había odio en lo dicho.
Tal vez el lector con odio me mira por lo que he escrito, sí, veo su mirada tras las líneas y... No, no voy a amedrentarme, le voy a denunciar ¡ahora mismo!