Fernando Lussón

COLABORACIÓN

Fernando Lussón

Periodista


Escraches inaceptables

16/04/2019

Lo ocurrido el pasado jueves en la Universidad Autónoma de Barcelona con el escrache a la candidata del PP, Cayetana Álvarez de Toledo, y lo sucedido ayer en Rentería donde la comitiva de Ciudadanos que pretendía dar un mitin fue increpada y apenas se escucharon sus palabras ahogadas por una cacerolada, o quienes trataron de impedir los actos electorales de VOX en Bilbao y San Sebastián, son expresiones de violencia realizadas por aquellos que utilizan en vano el nombre de antifascistas para caer en una de las manifestaciones más propias de los fascistas, el odio a la libertad del discrepante y la falta de escrúpulos en usar la violencia para evitar que puedan expresar sus opiniones.

En  ningún caso se puede afirmar que el derecho de cualquier partido a presentar sus candidaturas y su programa o sus propuestas en cualquier lugar de España, incluso en aquellos en los que el independentismo irredento tiene mayor apoyo social, es una provocación. Ni la voz ni la libertad lo es nunca y quien trata de cercenarla pierde la razón y muestra su verdadera cara.

Cualquier acto de comprensión con la actitud cobarde de quienes todavía piensan que la calle es suya –las policías autonómicas respectivas se encargan de recordárselo- es avalar actuaciones que pueden acabar muy mal, que demuestran la incapacidad de quien  las comete de aceptar los principios de la democracia, los mismos que les van a permitir estar en las instituciones para defender sin trabas sus propuestas sin recibir insultos cuando las expongan. Los abertzales que todavía no han asimilado que ETA está derrotada, no reconocen que la mayor parte de la sociedad vasca no es independentista. Los miembros de Arran o de los CDR catalanes que todavía no han comprendido que "la república no existe, idiota", flaco favor hacen a quienes han de defender con la palabra sus posiciones.  

Claro que el espectáculo vivido en el Parlament catalán tras el escrache a Álvarez de Toledo es más lamentable todavía. Que Maite Pagazaurtundua no pudiera recorrer las calles de su infancia porque se lo iban a impedir los radicales que no han cesado de vulnera la leyes mediante los homenajes a los etarras que salen de prisión después de cumplir sus condenas, demuestra que las heridas abiertas en los años de plomo tardarán aún en cicatrizar.  

Los radicales vascos y catalanes contrarios a la libertad, con sus boicots solo consiguen el efecto contrario al que pretenden. Además de mostrar su talante antidemocráticoa lo único que consiguen es reforzar la campaña electoral de aquellos a quienes pretenden anular, y pueden despejar muchas de las incertidumbres de quienes empatizan con las víctimas de esos comportamientos inaceptables. Por mucho que lo intenten, los partidos constitucionalistas no van a desaparecer de ambos territorios 

La condena a estos actos de antisistemas tiene que ser inequívoca. Pero los partidos que se ven afectados por este tipo de acciones tampoco debieran aprovecharlos para buscar culpables distintos a aquellos que los cometen. A Pablo Casado le faltó tiempo para responsabilizar del acoso a su candidata “a quienes no hacen nada para impedirlo y me refiero al Gobierno de España”. Si a eso se suma que vuelve a recurrir al terrorismo como argumento de campaña se puede tener una idea clara de por los caminos que transcurre la campaña electoral.