Ignacio Fernández

Ignacio Fernández

Periodista


En curso

12/09/2019

La Inauguración del Curso Económico ha servido para poner en valor dos activos que deberían enseñorearse de los próximos meses de nuestros quehaceres. El presidente, Fernández Mañueco, por un lado, ha reiterado la necesidad de unidad ante un año crucial. En efecto, todo indica que vienen curvas y hay que agarrarse bien al volante. La Comunidad y su sostenibilidad debería ser el objetivo prioritario.Las diferencias deben ser subrayadas solamente para el amejoramiento de la cosa pública y no para el enfrentamiento. 

El segundo activo, expresado por Enrique Dans. El mundo está cambiando velozmente, la tecnología acarrea una transformación compleja que nos afectará. Aunque no sea más que a efectos de la automoción y el comercio, piedras angulares de nuestra economía. No se puede hacer siempre lo mismo, de la misma manera. Y ahí surge el concepto con el que Dans blinda sus argumentos tecnológicos: el dividendo digital, reparto del botín en que todos tendrían que tener algo que decir.

Incluidas las Comunidades. Mañueco tiene razón al porfiar con la necesidad de un Gobierno y que la financiación se normalice. ¿Es serio en un mundo tan competitivo y agresivo, en que nadie se está parado, tener el país congelado meses y meses porque quienes han de gobernar no sean capaces de hacer su trabajo y construir un Gobierno? El curso económico comienza con esa percepción que subyace en todos nosotros de que nos vamos a dar un leñazo de campeonato.

Las cuentas del estado empeoran y eso no es bueno para el resto de las administraciones porque la bicicleta de nuestro estado resulta ser un tándem. Regiones como la nuestra son más susceptibles sufrir en momentos de debilidad económica la inelasticidad de nuestros costes sociales y el tamaño. Reflexión y responsabilidad porque detrás hay empresas, familias, proyectos vitales y ésto es la prioridad. Todo lo demás son adornos.