Fernando Lussón

COLABORACIÓN

Fernando Lussón

Periodista


Retos comunes

05/06/2021

Si la conversación entre el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez y el president de la Generalitat, Pere Aragonès, pudiera equiparase a un partido o de fútbol, podría decirse que el jefe del Ejecutivo ha situado el encuentro donde quería y domina el centro del campo, al menos en sus primeros compases. Según el comunicado conjunto firmado por ambas partes, los dos presidentes abordaron “los retos comunes”, que van más allá de la lucha contra la pandemia, con el proceso de vacunación en velocidad de crucero, y del reparto de los fondos europeos de Next Generation, que Nadia Calviño prevé que comiencen a llegar a partir del mes de septiembre y que son imprescindibles para la recuperación económica de todos.     

Estos dos asuntos tienen un profundo carácter autonómico y están dirigidos por el Ejecutivo. Como en el comunicado se explicita que se trataron directamente cabe suponer que al abordar "distintos aspectos de la situación política actual" hablaron sobre el expediente catalán, y comparten el objetivo de avanzar hacia su superación “mediante el diálogo". Este primer encuentro telefónico, a la espera de la concreción de la entrevista presencial entre Sánchez y Aragonès, probablemente en la segunda mitad del mes de junio, debería servir para ver el futuro con un poco de optimismo. Situar la resolución del problema territorial en el marco del diálogo es lo que ha pretendido siempre el Gobierno, sin dejar de señalar la segunda condición, el respeto a la legalidad constitucional. Apenas conocido el comunicado conjunto ya había voces que recordaban a Pere Aragonès que su compromiso durante la investidura fue el de trabajar para conseguir la república catalana y nada de eso parece haberse abordado en el primer contacto. La explicación de lo que ocurrirá en un futuro próximo no depende de Pedro Sánchez, sino del presidente catalán que tendrá que soportar las presiones de sus socios independentistas, por sus posiciones autonomistas en lugar de las republicanas.  

Que el comienzo de la relación entre ambos presidentes haya sido “fluida y productiva” y algo más que meramente protocolaria, dada la extensión de la conversación –cuarenta minutos-, es también un buen síntoma para comenzar a trabajar en la “agenda del reencuentro”. Aunque siempre queda la duda de si ERC es un interlocutor fiable que mantendrá la misma posición a lo largo de un proceso de diálogo, o si planteará de inicio cuestiones inasumibles como un referéndum de autodeterminación pactado, o el trágala de la presencia de Oriol Junqueras en la mesa de diálogo entre gobiernos, que el Ejecutivo de Pedro Sánchez, tras unos balbuceos iniciales, no parece dispuesto a aceptar, toda vez que la petición de amnistía quedará neutralizada si finalmente se conceden los indultos parciales a los directores del procés, -que llevan camino de cumplir la tercera parte de la condena impuesta por el Tribunal Supremo- y se `pone en marcha en breve la reforma del delito de sedición en el Código Penal para la rebaja de penas.  

 Aunque Aragonés insista ante los suyos -ayer mismo- en la amnistía y la autodeterminación, la aceptación del diálogo como procedimiento de resolver los problemas mueve a tener algo más de esperanza que con sus predecesores para buscar soluciones a un problema existente.