Editorial

La investidura, Ciudadanos y unas nuevas elecciones

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La formación de Gobierno y las negociaciones para recabar los apoyos suficientes para que Pedro Sánchez pueda hacer frente a la votación de investidura parecen complicarse por momentos. Las exigencias del líder de Podemos, Pablo Iglesias, de entrar en el Ejecutivo para liderar un Ministerio, han chocado con la oposición de varios de los barones socialistas que no ven nada claro tal posibilidad, ni siquiera la opción de los cargos intermedios que supuestamente ya ha ofrecido el presidente en funciones. El Gabinete de "cooperación" está muy lejos de cristalizar.

Si la posibilidad de conseguir el Ejecutivo con Podemos, regionalistas, nacionalistas vascos, ERC y Bildu podría ser una de las opciones, la abstención de la oposición en la votación de investidura -caso de PP o de Ciudadanos- es la otra. Sin embargo, tras el encuentro mantenido ayer en Moncloa entre Pedro Sánchez y Pablo Casado, a petición del primero, cada vez está más claro que los populares no van a dar tregua a los socialistas y que la única opción pasa porque los diputados de Ciudadanos den su brazo a torcer. Y es aquí, en el partido liderado por Albert Rivera, donde el apoyo a Sánchez ha generado una crisis que ayer por la mañana provocaba la dimisión de Toni Roldán y Javier Nart tras un encendido comité ejecutivo.

Las críticas internas en el partido naranja salieron ayer a la luz, cuando el responsable de Programas del partido y diputado Toni Roldán anunciaba su decisión, empujado por el giro a la derecha dado por su formación e impulsado por Rivera. Tras la salida de Roldán, los mediáticos eurodiputados Luis Garicano y Javier Nart plantearon a la ejecutiva de Ciudadanos intentar una negociación con Pedro Sánchez que evitase que los socialistas tuvieran que gobernar con el respaldo de los secesionistas. Ambos propusieron que esta posibilidad se votara, pero la mayoría -24 de los 31 miembros que conforman el comité ejecutivo- decidieron descartar esa opción. Además de Garicano y Nart, votaron a favor Francisco Igea, portavoz de la formación en Castilla y León, y el exdiputado Fernando Maura. Ciudadanos trató de cerrar filas y nombró a Marcos de Quinto sustituto de Roldán, además de criticar su dimisión tras haber votado a favor de la estrategia que ahora rechaza. Pero las salidas han hecho visible una fractura que hasta el momento permanecía silenciada.

A Sánchez, aparte de Pablo Iglesias y los nacionalistas, parece que nadie le quiere. Su intención de formar gobierno en solitario es a día de hoy una quimera y, tras haber pasado ya dos meses de las elecciones generales, lo normal sería intentar formar Gobierno y, si no pasa el examen o no cuenta con los apoyos suficientes, convocar elecciones.