Aurelio Martín

UNA COL

Aurelio Martín

Periodista


Patrimonio hundido

04/06/2022

Aunque se han publicado algunos artículos periodísticos al respecto y existen antecedentes históricos y estudios científicos, el hundimiento del carguero 'Nuestra Señora del Buen Consejo y San Leopoldo', conocido como 'El Oriflame', en 1770, que transportaba cerca de medio millón de piezas elaboradas en la Real Fábrica de Cristales de La Granja, ha permanecido en un segundo plano sin que apenas se haya hablado del tema, aunque tiene trascendencia para el patrimonio cultural, tanto segoviano, como nacional y mundial.   
Sin ser del todo un caso similar al tesoro recuperado para España de la fragata 'Nuestra Señora de las Mercedes', hundida en 1804, apenas unos años después, que terminó ganando un pleito a la empresa 'Odyssey', por decisión de un juzgado de Florida, en este caso también se encuenta una sociedad cazatesoros, paradójicamente llemada 'Oriflama' que, aunque consiguió hacer unas primeras prospecciones, no ganó el último recurso porque el Estado chileno argumentó que forma parte del patrimonio cultural de Chile. Esto ocurrió en 2016 y el Estado español no se personó en el procedimiento, pese a que lo más importante de la carga salió de la manufactura real de Carlos IIIy el podría haber esgrimido derechos como legítimo heredero, incluso no se siendo un barco de guerra.
Con destino al 'Callao', en el Virreinato de Perú, el navió partió de Cádiz, con 176 personas a bordo, el 18 de febrero, se perdió su localización  hasta el 23 de julio cuando, a pesar de los intentos por rescatarlo, con gran parte de los marineros fallecidos o enfermos, debido al escorbuto, se mantuvo a la deriva y terminó siendo partiéndose en dos y enviado al fondo del mar por un temporal en la costa chilena de la región de Maule. 
El barco se encuentra entre la desembocadura de los ríos Huenchullami y Mataquito, en la playa de 'La Trinchera', que se encuentra en la zona central de la costa de chile, al norte de Valdivia.  El pecio se encontró, ya en este siglo, debajo de la arena de la playa, lo que 200 años antes era mar, por acumulación de sedimentos de la desembocadura de estos ríos, ahora se encuentra sepultado en la tierra, lo que incluso hace pensar que la carga se pueda haber  conservado, como sostiene el historiador  Vicente Ruiz García, autor de un libro publicado por el Centro Superior de Investigaciones Científicas. 
 Tanto el trabajo de Ruiz García, que animará alEstado español a que se interese por el tema desde la Cátedra de Historia y Parimonio Naval de la Universidad de Murcia, como desde la Real Fábrica de Cristales de La Granja, que  mantiene contactos oficiales, incluso la grabación de un documental, serán claves para que se avance en la recuperación del pecio, a través de un acuerdo entre los Gobierno chileno y español. Es lo deseable y el objetivo a trabajar sin demora.  
El trabajo arqueológico resulta imprescindible porque que permitirá el estudio histórico y analítico de las piezas que se conserven, nunca tantas juntas y de la misma época y fábrica.