Juan Manuel Pérez

ENTRE HOY Y MAÑANA

Juan Manuel Pérez

Periodista


Toques de queda y confusión

24/10/2020

Hasta ayer lo que estaba de moda eran los confinamientos perimetrales. Apenas quedaban castellanos y leoneses que no estuviesen encerrados en uno de ellos. Desde ayer, la medida más recurrente a la que se han acogido en tromba los gobiernos autonómicos es la del toque de queda. Para no perder las buenas costumbres, el que puso más énfasis en solicitar esta figura jurídica fue el vicepresidente de la Junta. Francisco Igea se quedó perplejo e indignado tras la reunión del Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud por la falta de acción el gobierno central. Mostró su enfado ante las cámaras de Castilla y León Televisión y salió de la entrevista dispuesto a declarar el toque de queda a última hora del viernes. Ese mismo día, por la mañana, el presidente de la Junta, Alfonso Fernández Mañueco, trasladó la decisión al sábado, tras su reunión con el ministro de Sanidad, Salvador Illa. Desde las 22 horas de esta noche estaremos en esa nueva condición, tal y como se encargó de adelantar, de nuevo, Francisco Igea, en esta ocasión en el canal 24 horas.
La semana estaba siendo pródiga en adjetivos que nos llevaba de cabeza a este escenario desconocido y que parece sacado del baúl de los peores recuerdos. Tanto el propio portavoz del ejecutivo regional como la consejera de Sanidad, Verónica Casado, no habían ahorrado en epítetos para calificar la magnitud que está alcanzando la segunda ola de la pandemia en nuestra comunidad. Sin paños calientes, definieron la situación de catastrófica, y alertaron del riesgo de colapso en el sistema público de salud.
De nuevo tendremos que leer el boletín oficial desde primera hora del día o estar pendientes de comparecencias sorpresa del portavoz de la Junta para saber qué derechos seguimos conservando y cuándo o dónde corremos el riesgo de que una patrulla nos dé el alto. La confusión ciudadana se acrecienta al comprobar que cada comunidad está haciendo de su capa un sayo. Ni mando único, ni cogobernanza, ni unidad de acción. ¡Sálvese quien pueda!