Luis Miguel de Dios

TRIGO LIMPIO

Luis Miguel de Dios

Escritor y periodista


Difícil

16/02/2021

Lo tiene difícil, muy difícil, Salvador Illa para acceder a la Presidencia de la Generalitat de Cataluña. Ha ganado las elecciones, ha conseguido pasar de 17 a 33 diputados, lo han respaldado 651.027 votantes y su partido, el PSC-PSOE, ha sido, junto a Vox, el único que ha incrementado sufragios respecto a los comicios de 2017, pero el independentismo le ha puesto un veto casi imposible de superar. Desde que se conoció su candidatura, ERC, Junts y demás compañeros mártires se aliaron contra el ex ministro de Sanidad. La ofensiva se fue recrudeciendo a medida que encuestas y sondeos pronosticaban buenos resultados para los socialistas y atribuían a Illa la subida. Y a medida, claro, de que el candidato socialista se desligara rotundamente del secesionismo, el referéndum de autodeterminación, la ruptura con España y otros mitos y manipulaciones. Illa aguantó el chaparrón, colocó a su partido como el más respaldado y ahora anuncia que se presentará a la investidura. Tampoco se lo perdonará el independentismo, crecido porque, pese a perder 600.000 votos, ha logrado más escaños y cuenta, sumados todos (incluida la CUP), con mayoría absoluta. El batacazo de Ciudadanos (30 diputados menos), la imparable caída del PP, el éxito de Vox y la desaparición del PDeCat, el partido de Artur Mas, fueron otras consecuencias de una jornada electoral marcada por la abstención (más del 47%). Aunque Laura Borràs, marioneta de Puigdemont, diga que haber logrado más del 50% de los votos cambia muchas cosas, lo cierto es que el independentismo solo cuenta con el 30% del censo. ¿Así pueden volver a optar por la vía unilateral? No parece, aunque con esta tropa nunca se sabe y más si se ponen a hablar de robos, represión, 155 y demás lindezas. Como ya se intuía y pese a la victoria de Illa, tendremos conflicto catalán para rato… si es que no se va a nuevas elecciones. Y ya veremos cómo repercute en el Gobierno de España, con Rufián gustándose y sacando pecho. La vida sigue igual.