Aurelio Martín

LA COLUMNA

Aurelio Martín

Periodista


Suma y sigue

26/04/2021

La campaña electoral en la Comunidad de Madrid, desarrollada en clave nacional, está trayendo pocas sorpresas respecto a otros comicios, si cabe la utilización de la pandemia como pretexto para reducir la presencia de periodistas y cámaras en los actos, para que sea el propio partido quien distribuya la información, lo que no debería de consentirse en las redacciones porque se trata de un contenido interesado, sin que medien los profesionales, que son aquellos que deben trasladarlo a la sociedad, velando por la veracidad y contrastando la información. 
Desgraciadamente, debido a la situación por la que atraviesa el periodismo, en absoluta precariedad, eso se admite, incluso en medios de prestigio o agencias que dependen de sociedades públicas. Por ejemplo, el candidato de Podemos, Pablo Iglesias, ya no anuncia ni la convocatoria de sus actos, su equipo es el encargado de hacer llegar el mensaje y las imágenes precisas, hay miedo a que, si hay periodistas, puedan recoger que se le increpa, por ejemplo, o que se recojan aquellos testimonios que son noticiables, pero que no pasen la autocensura del partido y de los que nadie se enterará. Lo malo es que se lo publican. 
Suele ser regla general el intento de quitarse de enmedio aquellos que pueden contar lo que ven porque, en el fondo, las campañas y las visitas para entregar folletos de propaganda, son interesadas y en casa conocida, de correligionarios, buscando la foto amable, y un día menos. Qué decir de las señales de televisión, con equipos propios que ofrecen las señales a las cadenas a quienes, como en la prensa o en la radio, les evitan tener que destinar a alguien a cubrir la información. Hay que insistir en que aquello que no quieran mostrar los interesados nunca lo verá el público, lo que supone un ataque flagrante a la libertad de información.   
También se mantiene una Ley Electoral salomónica, repartiendo tiempos en las televisiones con arreglo a los votos obtenidos, lo que obliga a elaborar unas escaletas de informativos que tienen nada que ver con la actualidad porque a quien corresponda su tiempo quizá ese día no haya tenido actos que destacar. Pese a las trabas inaceptables van quedando detalles que quizá puedan hacer cambiar la tendencia de voto o inclinarse al elector por determinada opción, el voto generalmente está pensado, incluso si la propaganda roza el racismo y la xenofobia, como la lanzada por la ultraderecha, en la que se comparada el supuesto coste de los menores extranjeros no acompañados con lo que recibe una pensionista, lo cual es falso y que está siendo investigado por la Fiscalía. O frivolizar con salir de cañas por Madrid y, lo que sigue siendo muy grave, que se lancen los muertos de la pandemia los unos a los otros, sin ningún tipo de recato ni respeto.  Es posible que ya esté todo el pescado vendido, habrá que ver el resultado final que, queramos o no,  la repercusión se trasladará a nivel nacional, el caso es tener a los ciudadanos siempre pendientes de los acontecimientos políticos que interesan a los partidos, quienes dejan de centrar la atención en los asuntos que realmente preocupan, que sean siempre desde posiciones coherentes y, sobre todo, sin crispación que bastante se está soportando.