Rafael Monje

DE SIETE EN SIETE

Rafael Monje

Periodista


¿A quién le importa?

02/05/2021

Parece que estoy invocando a Alaska y Dinarama. Esa pregunta, en plena ‘movida’ madrileña, quedó pirograbada en nuestras mentes y jamás habríamos imaginado que el tema de Carlos Berlanga y Nacho Canut podría ser tan actual, después de 35 años. ¿A quién le importa lo que yo haga? ¿A quién le importa lo que yo diga?
Lo cierto es que ahora volvemos a tener movida madrileña pero de la otra, más ruidosa, menos armónica y, muchas veces, nauseabunda. ¿Quién recuerda haber prestado tanta atención a unas elecciones a la Comunidad de Madrid? Al menos, fuera del centro de España, importaban un bledo, por no decir otra cosa. Hasta a los políticos les daba igual todo porque la batalla siempre trascendía a lo meramente territorial.
Pero ahora vivimos en un mundo en el que si los medios de comunicación deciden que nos importe algo, nos importa. Si no, basta con pensar en las vacunas contra la covid-19. ¿Alguien sabe el nombre de la vacuna que se puso contra la gripe? ¿Hay más de una? Y, en tal caso, ¿qué diferencia a una de la otra?
Así las cosas, estamos bien entretenidos con los comicios madrileños, una clara y nueva demostración de que los programas electorales y las propuestas son lo de menos. Es la política virtual, en la que priman el personaje y su capacidad de conexión con la gente, no lo que se dice.
Menudo miedo que tiene el PSOE ante un posible ‘sorpasso’ de Más Madrid, con una candidata, Mónica García, que se ha forjado una credibilidad y que ha sido capaz de desdibujar a todo un exvicepresidente del Gobierno como Pablo Iglesias, cuyo discurso más radical colisiona con el sentir general de los madrileños, por mucho que se empeñe en lo contrario.
Su peor error fue su mudanza al famoso chalé y aún le pasa factura. También en lo político. Por no mencionar el torpe rédito que intenta obtener de las amenazas de personas que, por cierto, deberían estar en la cárcel. Junto en la misma cárcel en la que están los amiguetes de algunos socios del Gobierno de España. O en la que estaban, porque los presos de ETA se han movido mucho en estos últimos tiempos.
Rocío Monasterio apuesta por conseguir los suficientes votos como para tener un papel decisorio para que gobierne el PP. Eso sí, da la impresión de que, a diferencia de Andalucía o Murcia, se acabó lo de apoyar la investidura sin entrar también a formar parte del Ejecutivo. Vamos, que doña Rocío ya se ve sentada en el sillón que ocupaba el olvidado Ignacio Aguado.
Y qué decir de Edmundo Bal, con sus enternecedores juegos de palabras, su enorme motocicleta y su tremenda soledad.
Ayuso es toda una marca de fábrica y hasta tiene su propio grafismo especial porque se conoce que ‘Díaz’ no tiene tanto tirón. Es algo así como el ‘Rodríguez’, que parecía tener mucha menos prestancia que ‘Zapatero’ y no digamos que ‘ZP’.
Gabilondo, posiblemente, un buen presidente pero un mal candidato, no se dio cuenta de que el enemigo estaba en casa. Y es que Pedro Sánchez y parte de sus huestes ministeriales no han hecho más que torpedear la campaña de su compañero. Si hubiesen querido perjudicarle más, no habrían sabido.
Claro que, cuando en el debate televisivo de marras, se dirigió a Pablo Iglesias para decirle ‘tenemos doce días para ganar las elecciones’, algo se hundió profundamente en el sentir del socialismo de pro y fue cosa de Ángel. Él solito. Nadie más.