En tres localidades de la Comunidad (León, Cebreros y Palencia) crece la impaciencia a la espera de conocer la decisión del Gobierno en la elección de la futura sede de la Agencia Espacial Española. Según las previsiones, un grupo de expertos deberá de pronunciarse antes del próximo día 7 de diciembre sobre la idoneidad de una de las 21 sedes propuestas por diez comunidades autónomas. La decisión no será vinculante pero la publicidad, innecesaria, del grupo de expertos servirá de coartada al Gobierno para eludir, o mitigar, la crítica de los perdedores.
En el año 1975 fue creada la Agencia Espacial Europea, una organización intergubernamental de la que hoy forman parte 19 países, de los cuales 17 pertenecen a la UE. La sede central está en París y algunos estados miembros disponen ya de centros propios, entre ellos Portugal. No es el caso de España, país simplemente adherido. A partir de ahora, la agencia española centralizará investigación y desarrollo de cometidos hoy dispersos en varios ministerios. Seguridad Nacional, Comunicaciones, Observación terrestre, navegación y la lucha contra el cambio climático son algunos de los aspectos sobre los que trabajará este organismo.
El envite es importante y sorprende un tanto la tibieza con la que nuestra comunidad autónoma defiende su candidatura frente a otras regiones, que están desplegando estos días campañas de propaganda y de presión política acordes con el proyecto en juego. La agencia comenzará su andadura en el primer trimestre del próximo año, con una inversión inicial de 300 millones de euros, sobre una previsión que supera los 4.500 en tres años. Obvio es señalar que no se trata de una oficina administrativa simplemente, como se ha querido hacer ver desde el Gobierno con el fin de rebajar la confrontación entre aspirantes. En juego están miles de puestos de trabajo, entre directos e indirectos, ya que el proyecto dinamizará la actividad de empresas privadas, existentes o de nueva creación. Tal vez la explicación sea sencilla: es complejo defender tres candidaturas diferentes, sin conexión operativa y sin desairar a las otras dos.