Fernando Aller

DESDE EL ALA OESTE

Fernando Aller

Periodista


La diferencia es la vaca

24/06/2022

En una granja de Coca (Segovia) Mañueco acarició una vaca morucha. En la localidad cordobesa de Añora Juanma Moreno acarició una vaca frisona. Ambos políticos del PP buscaban la complicidad de los ganaderos en sus particulares aspiraciones de renovar mandato al frente de los gobiernos de Castilla y León y de Andalucía, respectivamente. Mañueco jugaba en casa, en una comunidad autónoma tradicionalmente de derechas, con 35 años de gobierno azul. Moreno se enfrentaba a una historia adversa. 37 años de gobierno socialista solo lo había podido quebrar él mismo con el apoyo de otras fuerzas, porque el PSOE hace cuatro años también fue el partido más votado. Ambos lograron el objetivo de la investidura, pero la diferencia en la victoria ha sido abismal. Mañueco empeoró su propia situación. Y también contra todo pronóstico demoscópico Juanma Moreno ha logrado una victoria histórica. Andalucía estaba considerada hasta ahora territorio inexpugnable de izquierdas.
El candidato andaluz le pidió abiertamente el voto a la vaca, su talismán, dijo. No existen documentos que acrediten que Mañueco hiciera lo mismo, que le hablara al animal. Pudo haber sido esta la diferencia entre la victoria pírrica y el éxito deslumbrante. O tal vez lo ocurrido en ambos territorios más bien obedece a la diferencia de hartazgos: En Andalucía a casi cuarenta años de gobiernos socialistas, inevitablemente con sus secuelas de nepotismo, corrupción y clientelismo. En Castilla y León a un rechazo más difuso de las mismas derivaciones intrínsecas al ejercicio prolongado del poder.
Seguramente no menos determinante ha sido la diferencia en los candidatos de Vox, competidores del PP. García Gallardo era un candidato desconocido, sin perfil propio, mimetizado en la imagen de Abascal. En Andalucía el partido de la ultraderecha, por el contrario, cometió el error de enviar a una paracaidista. Suele ocurrirle a los partidos, que no alcanzan a ver que más allá de las puertas de sus respectivas sedes en Madrid hay otro mundo, otras gentes con dignidad que no soportan ser ignoradas, despreciadas. Olona hizo seña de identidad de la impostura y de la astracanada demostración de su vaciedad. Tal vez las vacas no hayan sido tan determinantes.