Pilar Cernuda

CRÓNICA PERSONAL

Pilar Cernuda

Periodista y escritora. Analista política


Andalucía con Casado... Pero se mantienen los problemas

22/11/2021

Juanma Moreno ha ofrecido a Casado el apoyo del PP andaluz para conseguir el gobierno, dato importante porque Andalucía será la primera región en convocar elecciones, y si el PP tiene un buen resultado como auguran los sondeos servirá de acicate en las generales. Pero el congreso andaluz del PP no cierra la crisis ni mucho menos.

Casado advirtió que no admitía personalismos ni talent shows de megalomanías, pero no es ese el problema, sino que el choque de trenes entre Génova y Sol se ha producido porque a Casado y Egea no les gusta que Ayuso se haya convertido en una figura nacional y pretenden cortarles las alas antes de que ella se las corte a Casado. Lo que la presidenta madrileña ha desmentido en todos los idiomas: no se plantea competir por la dirección nacional. Le falta añadir "de momento", pero Casado y Egea no pueden reprocharle que sea esa su intención. Si lo es, que se verá con el tiempo, hasta ahora no ha dado un solo paso en ese sentido. Y la reacción de Casado de impedir que sea candidata a la presidencia regional del PP es un sinsentido de consecuencias imprevisibles.

Pablo Casado no es consciente del destrozo que hoy sufre su partido. El presidente y el secretario general insisten en la deslealtad de Isabel Díaz Ayuso, la acusan de haber echado un pulso a la dirección nacional que no se puede admitir, pues ceder significaría asumir que han sido desautorizados. Sin embargo, Casado es el presidente del partido y a él correspondería la tarea de desarticular el supuesto reto de Ayuso y resolver el problema en sus inicios, antes de que se enquiste de tal manera que él mismo va a perder la batalla sea cual sea el resultado final. Si Ayuso cede, quedará el presidente como un dirigente autoritario que le niega un derecho que han tenido todos los presidentes regionales; si Ayuso mantiene su posición y gana las primarias, ya puede despedirse Casado de contar con opciones de gobierno. Será un líder derrotado.

Queda a Casado y Egea la última carta, la más peligrosa, que sin embargo han barajado en algún momento: impedir que Ayuso sea la candidata al gobierno madrileño en las próximas elecciones. Si cometen ese disparate, el PP quedará herido de muerte y Pablo Casado pasará a la historia como el presidente que hundió el partido en el momento en que tenía más fácil llegar al gobierno.

Casado aún está a tiempo de arreglar el asunto. Negociar hasta que llega a acuerdo sin vencedores ni vencidos. Pero tendría que ser ya, porque esto va a peor. Madrid siempre ha sido plaza complicada para PSOE y PP, pero las direcciones nacionales anteriores han sabido lidiar con ese toro y alcanzar soluciones de consenso. Es Casado el que está obligado a mover ficha, para eso es el presidente nacional.