Diego Izco

TIEMPO MUERTO

Diego Izco

Periodista especializado en información deportiva


El difícil regreso

20/05/2020

Por un lado hablamos de alguien que está un par de palmos mal contados por encima de estas cosas, de presión y de ganas de circo, de velocidad anda sobrado, ha hecho más kilómetros que nadie de la parrilla, no necesita demostrar nada y nada le ata ni le obliga. Por el otro, del tipo que necesita tener un volante entre las manos como usted o yo el respiraremos una botella, un ganador que no necesita ganar para demostrarlo pues el planeta de la goma quemada sabe que su talento y capacidad para mejorar los coches a los que se sube, hacer más de lo que se puede hacer, es un premio suficiente. Y finalmente, precisamente por todo lo anterior, de alguien que no necesita subirse a cualquier vehículo porque novias le sobran, que no necesita arrastrar ni su prestigio ni su apellido por escuderías de segunda por mucho romanticismo que nos transmita decir en voz alta las dos palabras juntas: «Alonso» y «Renault».

Parece que el mundo entero está conspirando para que el asturiano regrese a la Fórmula 1, pero esa conspiración sería absurda si el retorno se produce a los mandos de un volante residual. Un bicampeón del mundo, por mucho que hayan pasado 14 años, no debería estar para rellenar huecos, para dar empujones a escuderías en crisis o para ser de los mantas que sufren en la Q3. Ya tuvo de eso con McLaren. Y como supongo que nadie ha perdido la memoria (sí la paciencia, pero es culpa del confinamiento) en estos tiempos, si Fernando Alonso deja la Fórmula 1 es precisamente por eso: porque ni siquiera tenía la posibilidad de pelear. Una cosa es «no necesitar» ganar, y otra bien distinta es «no poder» hacerlo. Se ha ganado sobradamente el derecho a hacer lo que le dé la gana, pero lo de volver por el simple hecho de volver, porque sí, no parece una buena idea. Aunque a 300 se ven las cosas de otra forma…