Juan Manuel Pérez

ENTRE HOY Y MAÑANA

Juan Manuel Pérez

Periodista


Monitorizar políticos

26/09/2020

Ha dicho el presidente de la Junta de Andalucía, mi tocayo Moreno Bonilla, que en Andalucía no habrá ninguna recomendación para limitar la presencia de ciudadanos procedentes de Madrid ante el auge de positivos de la covid-19, pero que se va a iniciar un proceso de monitorización de sus segundas residencias en esa región. El barón autonómico les perdona la vida. El vicepresidente de nuestra Junta ha reclamado que se restrinjan o controlen los desplazamientos de los madrileños fuera de su comunidad. No se trata de madrileñofobia, apuntaba Francisco Igea. Ninguno de los dos ha llegado al nivel de Quim Torra, que recomendaba a los catalanes no viajar a la capital de España “en modo alguno”, pero todo se andará.

Estamos cerca de que algún iluminado proponga sin pudor que a los habitantes del barrio de Chamberí y aledaños se les coloque un microchip o una pulsera con geolocalizador cuando salgan por alguna de las autovías que les comunican con el resto de España, qué mejor manera para tenerlos monitorizados. Es lo que tiene la gestión de esta segunda oleada de la pandemia, que hay tantas ocurrencias como cargos políticos.

Más allá de la covid y los destrozos que está provocando en la credibilidad de la clase política, la semana nos ha dejado una entrevista impagable de la ministra Montero, Irene, en Vanity Fair. Fue salir en la revista luciendo sonrisa y modelitos y al instante surgir una tropa de habitantes de las cloacas para refrescarnos la memoria y recordar en las redes una de sus aportaciones a la civilización occidental: “El capitalismo es incompatible con la vida, con este sistema económico no se puede vivir bien” (sic).

No es suya la patente de la hipocresía, ni de eso tan humano de vender consejos que para mí no tengo, pero ya va siendo hora de acabar con discursos que huelen a alcanfor. A la ministra Vanity le pega más justificar su nivel de vida respondiendo: “Pues sí tengo un chalet en Galapagar y tú no; chínchate”. Y punto.