Luis del Val

LA COLUMNA

Luis del Val

Periodista y escritor


Médicos depurados

02/09/2022

En la Dictadura, había médicos que recetaban la píldora anticonceptiva, bajo la misericordiosa motivación de regular la menstruación. Conocí y tuve amistad personal con algunos, y ninguno de ellos sufrió represalia social o profesional, pese a que la medicación anticonceptiva no estaba permitida.
Nunca me imaginé que, en un régimen democrático, un Gobierno -supuestamente democrático- ordenara la inscripción en una lista de aquellos médicos que, según su conciencia y su interpretación del juramento hipocrático, estuvieran en contra de la eutanasia.
De repente, el artículo 14 de la Constitución, que dice claramente que "Los españoles son iguales ante la ley, sin que pueda prevalecer discriminación alguna por razón de nacimiento, raza, sexo, religión, opinión o cualquier otra condición o circunstancia personal o social", se anula ante esta orden -¿ministerial, gubernamental?-, pero de menor rango que la Constitución, y abre la puerta a las "listas negras" donde los médicos serán discriminados en razón de su manera de pensar, que ha sido violada "por necesidades de implementación".
Me imagino que, dentro de poco, habrá que hacer otra lista en la que puedan ser discriminados aquellos médicos que estén en contra de practicar un aborto a una menor sin conocimiento de sus padres. Vamos, sería paradójico que el médico pueda exigir una autorización paterna para una cirugía estética menor y superficial, y, en cambio, deba practicar un aborto a esa misma menor, sin que tengan conocimiento en su casa, con los riesgos que podría conllevar la práctica médica.
¿Se imaginan la reacción de los Colegios de Abogados, si el Gobierno exigiera una lista de los abogados que, en las relaciones sexuales entre hombre y mujer, no estén de acuerdo con que la acusación de la mujer prevalezca sin aportación de pruebas? ¿Creen que podría prosperar semejante disparate?
Sin embargo, los Colegios de Médicos, entidades que están creadas para defender, precisamente, el ejercicio en libertad del colegiado y la defensa de sus derechos, deben estar sumidos en una larga y profunda reflexión que algunos podemos confundir con la desidia, la cobardía, la sumisión o la abulia.