Fernando Aller

DESDE EL ALA OESTE

Fernando Aller

Periodista


Entre pillos

13/12/2019

Sobra pillería y falta generosidad, altura de miras. Uno recuerda con amargura a aquellos políticos a los que se les reconocía que llevaban el Estado en la cabeza. Ahora prevalece más el interés personal a corto plazo. Las estrategias políticas se diseñan a golpe de encuesta y con frialdad de matarife, con el único objetivo de conseguir el poder en el menor tiempo posible. No importa el daño que esas actitudes puedan causar. Y así se llega a esta situación que acertadamente el presidente de Aragón, el socialista Javier Lambán, califica como «diabólico laberinto». Perversa encrucijada porque las propuestas que unos y otros esgrimen tienen más alta dosis de cinismo que voluntad por encontrar soluciones reales, alternativas sinceras.
Pedro Sánchez se encuentra prisionero de Esquerra Republicana de Cataluña, la gran bicha para la mayoría de los parlamentarios surgidos de las pasadas elecciones porque cualquier concesión al radicalismo catalán entienden que pasa por quebrar la unidad de España. Es evidente que siendo mayoría los grupos que así lo entienden, la solución sería muy fácil: Aislar a las fuerzas independentistas, incluido también al PNV que participa de la misma posición, aunque con un comportamiento más sibilino.
Y ahí empieza el juego diabólico. Muchos son los que piden a Pedro Sánchez que se abra a un pacto con Ciudadanos, ya que con los diez diputados naranjas a favor serían innecesarios los votos de ERC para la investidura. No debe de estar bien informado, porque la lideresa en funciones de Ciudadanos, Inés Arrimadas, ha dicho muy claro que solo apoyará a Sánchez si también lo hace el Partido Popular, un pacto a tres que excluiría igualmente a Podemos. El problema es que Casado, incluso desoyendo a voces autorizadas de los suyos, ha dicho que por ahí no pasa. Teme dejar a Vox como referente de la oposición. En el fondo debe pensar que cuanto peor para España, mejor para él.
Pero el juego de máscaras toca a su fin. Sánchez colocará a todos a partir del lunes ante el espejo. La ronda de consultas anunciada, sin exclusiones, permitirá conocer sin más tapujos quienes están por la gobernabilidad de España y quienes por la obstrucción.