Rafael Monje

DE SIETE EN SIETE

Rafael Monje

Periodista


Las pensiones de hoy… ¿y las de mañana?

15/03/2023

No son pocos los expertos en materia de pensiones que ponen en seria duda la segunda parte de la reforma del sistema que propone el ministro Escrivá, y que está a punto de aprobarse, al considerar que pone en peligro su viabilidad y sostenibilidad. Advierten que basar la principal modificación en el aumento de las cotizaciones con cargo a las empresas, autónomos y trabajadores que sobrepasen los 54.000 euros de ingresos anuales va a tensionar en gran medida el mercado laboral, que es realmente el que da soporte al sustento de estas prestaciones a través de los ingresos por cotizaciones que ahora se van a destopar.
Un tejido empresarial creciente y productivo es, igualmente, imprescindible para el mantenimiento del Estado de bienestar. Pero, además, habría que taponar la sangría demográfica, pues sin nacimientos y con un imparable aumento de la longevidad será muy complicado evitar el colapso del sistema público.
Castilla y León, la comunidad autónoma con mayor pérdida de población de España en la última década, suma ya unos 570.000 pensionistas, mientras que la población ocupada supera levemente el millón de personas. Esto sí es un grave problema. Y lo que es peor, que la pérdida constante de población en este territorio sigue azotando cada año cualquier expectativa de mejora o, incluso, de equilibrio. No hay más que comprobar las periódicas publicaciones del Instituto Nacional de Estadística (INE) sobre el padrón de habitantes y la inapelable conclusión que entrañan: un continuo mazazo para las políticas de población y las perspectivas de futuro, que se atisban igual de grises.
Por la gravedad del asunto, el sistema de pensiones exige una gestión con sentido de Estado y un pacto más allá del interés partidista y las ocurrencias del partido de turno en el Gobierno, cuyo objetivo es notoriamente mantenerse en el poder y captar la atención de una parte esencial del electorado. Por qué no copiar aquellos modelos, como el anglosajón, que cuenta con una oficina independiente que responde ante el Congreso. Lo demás suele ser pan para hoy y hambre para mañana.