Rafael Monje

DE SIETE EN SIETE

Rafael Monje

Periodista


Soñar no cuesta, o sí

24/03/2021

Cuando Luis Tudanca decidió inmolarse cual bonzo, ignoro si lo hizo pensando aquello de “pensar rápido, pensar despacio” del Nobel Daniel Kaneman. Como el viejo sindicalismo, quizá debió rememorar aquello de que lo mejor es siempre lo posible y, visto lo visto en el Parlamento regional, la moción era un deseo onírico y poco más.

Sabido es que el dilema entre el deseo y la realidad que preconizan sus señorías va por unos derroteros muchas veces inalcanzables para el entender común de la gente. Así que doy por hecho que los dos años que restan de legislatura convertirán el hemiciclo en una caja de alabastro aún más irrespirable. Me temo que los entendimientos entre las dos grandes fuerzas políticas para cuestiones de Comunidad brillarán por su ausencia, porque la llave que los podrían reabrir la tiraron el lunes al río unos y otros. Así que mejor ir asumiendo que la patada nos la darán, una vez más, en el trasero de todos nosotros.

Sin querer comparar, y mucho menos ofender, leo que ‘tudanca’ es la denominación de una raza de vaca autóctona de Cantabria. Esta raza bovina es, según explica la web del Ministerio de Agricultura y Ganadería, “inteligente, despierta y previsora de temporales” y acredita “gran sentido de la ubicación y la orientación”, además de ser “muy resistente”. Pero si nos atenemos a esta definición, al Tudanca político le ha fallado, cual escopeta de feria, ese sentido de previsión y de orientación al confiar sus expectativas presidenciales a un trasiego de escaños naranjas que ya se veía harto complicado. Quizá el dirigente socialista haga gala de esa otra cualidad, la de la resistencia, para superar un trance que, como el ganado, lo llevará marcado a fuego en la piel durante largo tiempo.

Y mientras el político burgalés se inmolaba, el presidente que renovaba por segunda vez la confianza de la Cámara en una misma legislatura -un hecho histórico- arranca una nueva etapa, más fortalecido ante los suyos y no tan suyos, en referencia al secretario general del PP, Teodoro García Egea. Ahora tiene dos años por delante, junto a su fiel y peculiar Kamala Harris, para seguir al frente de un reinado del que le quiso apear en sueños un cándido líder socialista.