El IV Acuerdo para la Competitividad que ha firmado la Junta con los agentes sociales impulsará el cambio de modelo productivo. Los Presupuestos generales del Estado, que el miércoles presentaron al alimón Pedro Sánchez y su vicepresidente Pablo Iglesias, pretenden cambiar el modelo productivo. En los peores momentos de la crisis financiera de 2008, gobierno y expertos económicos anunciaban que solo saldríamos de ese agujero con un cambio en el modelo productivo.

Hemos cambiado, o pretendido cambiar, tantas veces el modelo productivo que ya no sé en qué versión estamos. El término en cuestión se ha convertido en un recurso lingüístico al que acuden nuestros próceres cada vez que se enfrentan a una situación desconocida y tienen que vender a la ciudadanía la ilusión de que están al cabo de la calle y que saben cómo poner los cimientos que sostengan el bienestar futuro. El caso es que cuando les vemos tan ufanos, adornándose con esos eufemismos, a uno le dan ganas de asomarse a la ventana e imaginar cómo será ese nuevo Silicon Valley que nos están diseñando para evitar la fuga masiva de graduados hacia otras regiones. Ayer mismo conocíamos que menos de la mitad de ellos trabajan en la Comunidad. La realidad, de nuevo, termina imponiéndose sobre los mensajes, sobre discursos huecos que buscan un titular y hasta la próxima reunión.

No sé si para salir de esta crisis sanitaria, económica, política y social debemos cambiar el modelo productivo. Sé que no lo lograremos si algunos siguen empeñados en desprestigiar el sector del turismo. Creo, más bien, que se debe cambiar el modo de hacer política, y recuperar el prestigio perdido de una casta incapaz de guiar un país por su falta de criterio. Empeñada tan solo en mantener su pequeña parcela de poder, a costa de lo que sea y de quien sea.