Queda visto para sentencia el juicio contra los doce altos cargos independentistas acusados de rebelión, sedición y malversación de fondos públicos. Queda vista para sentencia con sorpresa: la actitud de la abogacía del Estado.

Queda visto para sentencia con un juez, Manuel Marchena, convertido en una figura que pasará a la historia judicial por su forma de presidir un tribunal presionado por el empeño de los acusados y abogados defensores de politizar el juicio hasta el extremo de poner en duda que España sea una democracia plena.

Sale potenciada otra figura, el fiscal Javier Zaragoza, de verbo contundente y argumentos profesionales demoledores para los acusados y para los abogados que han intentado presentar el juicio como causa contra las libertades individuales. También ha sido demoledor para los acusados el trabajo del abogado defensor del exconseller de Interior Joaquín Forn, cuando el mismo día que finalizaba el juicio lo calificaba de “impecable" y “ejemplar”. Como demoledor ha sido también para la ex presidenta del parlamento catalán, Carmen Forcadell, que el Tribunal de Derechos Humanos de Estrasburgo rechazara su demanda para que se le levantara la prisión provisional que sufre desde hace meses. Estrasburgo respondió que la demanda debía presentarla a instancias judiciales superiores en España antes de plantearla en el tribunal europeo.

Los defensores han hecho alegatos que en algunos casos provocaron la sonrisa de los asistentes. No por rechazar el delito de rebelión, sino por negar que se hubieran producido actos de violencia en Cataluña. Lo mantuvieron, impertérritos, después de que se visionaran videos con escenas incuestionables. Lo que demuestra que ha sido una excelente idea la transmisión en directo del juicio: una demostración inequívoca de que los procesados han visto respetados todos sus derechos y que hay motivos sobrados para la acusación, aunque eso no signifique que el tribunal se vaya a inclinar por la condena generalizada.

La sorpresa ha sido la abogada del Estado. Primero, cuando negó que se hubiera producido un delito de rebelión, que sin embargo sí aceptaba la fiscalía; segundo, cuando poco antes de que finalizara el juicio, expresó su opinión de que Oriol Junqueras debía acceder a su acta de eurodiputado y recibir la inmunidad a la que tienen derecho los que forman parte de la Cámara europea. Todo un balón de oxígeno para el ex vicepresidente de la Generalitat y líder de ERC. La actitud de la abogada del Estado ha disparado la desconfianza, al abrir la puerta a posibles maniobras del gobierno para tratar de que la Justicia trate con guante blanco a los hoy presos preventivos.

Han sido cuatro meses en los que se ha dado un repaso en profundidad a los hechos que giraron en torno al referendum ilegal convocado por los independentistas. Todos los datos han sido expuestos y analizados bajo la mirada atenta de un Marchena que no permitió espectáculos ni salidas de tono.

El tribunal que él preside tiene ahora la última palabra.