Black Friday ¿un caramelo envenenado?

Sergio Arribas
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Parte del pequeño comercio segoviano admite que se ve «obligado» a sumarse al 'viernes negro' para mantener el pulso con las grandes superficies, con el riesgo de perder ventas en la campaña de Navidad

Cartel que anuncia los descuentos de Black Friday en un comercio de la calle Real. - Foto: Rosa Blanco

Es un apreciable taco de carteles con la leyenda ‘Black Friday’. Sobre la mesa del despacho de Juan Francisco Casado, gerente de la Agrupación de Comerciantes Segovianos (ACS), está la cartelería preparada para su colocación en los escaparates. En realidad, están disponibles para los socios de la ACS que los pidan y se sumen a la campaña de descuentos del Black Friday o ‘viernes negro’. Segovia no es ajena al fenómeno, que ofrece descuentos importantes el último viernes del mes de noviembre, y la patronal considera que la campaña puede ser una «oportunidad» para promover el comercio de proximidad.

Estados Unidos es el germen de unas rebajas que se ofrecen al día siguiente de Acción de Gracias  y que en España el comercio importó a principios de esta última década para resucitar un sector en crisis. Penetró primero para el comercio ‘on line’, aunque ya está asentado en el tradicional y en la mente de todos los consumidores. 

Lo que al principio eran compras rápidas o compulsivas por jugosos descuentos en productos y artículos disponibles un solo día, ahora son campañas que se extienden varios días, incluso semanas; rebajas que ofrecen sectores de los más variopintos, desde ropa y calzado, hasta ópticas, tiendas de muebles o colchones, e incluso empresas de transporte. Es el caso del grupo Avanza, que ofrece, por ejemplo, un descuento para el trayecto en autobús entre Madrid y Segovia, de un 30%, en el mes de diciembre, si el usuario adquiere los billetes los días 29 y 30 de noviembre, en el Black Friday.

Alfonso Genique, de Arribas, confort y descanso.Alfonso Genique, de Arribas, confort y descanso. - Foto: Rosa Blanco

«Nuestro propósito es promocionar el comercio de proximidad, que los consumidores de Segovia sepan que el pequeño comercio también se suma a esta campaña de descuentos», apunta Casado, que admite que el Black Friday genera «voces encontradas» entre los comerciantes segovianos.

El gerente de la ACS explica que mientras algunos abrazan esta jornada como una oportunidad para incrementar ventas, otros consideran que «fastidia» sus ventas de noviembre  —el consumidor no gasta en todo el mes para hacerlo el día de los descuentos— e hipoteca la campaña de Navidad. «El tema de quitar la regulación de las rebajas hizo bastante daño al sector y hay quien piensa que ahora el Black Friday lo único que hace es quitar fuerza a la campaña de Navidad», señala Casado.  Parte del pequeño comercio considera que estas «rebajas adelantadas» son un ‘caramelo envenenado’, y que no les salen rentables, puesto que se ven forzados a realizar descuentos a unos productos que podría vender sin rebaja, a su precio habitual, durante las Navidades, sin tener que reducir su margen de beneficio. 

No obstante, si no se suben al carro del Black Friday, se arriesgan a perder una buena oportunidad de ventas, que quizá no puedan recuperar en Navidad y Reyes. Muchos se ven en una encrucijada, de ahí que este año solo entre el 35 y el 40% del pequeño y mediano comercio se apunte a esta ‘moda americana’ de descuentos pre-navideños.

Pilar Martín, de Zapatería Valle, en la calle de Santo Tomás.Pilar Martín, de Zapatería Valle, en la calle de Santo Tomás. - Foto: Rosa Blanco

La patronal considera que no hay duda de que el pequeño comercio está en desventaja en relación a las grandes superficies, franquicias e hipermercados, que se han «inventado» el  Black Friday o el Ciber Monday para aprovechar sus enorme capacidad para la venta on line y dar salida a sus ‘stocks’ en el arranque o como preámbulo de la campaña de Navidad. 

«No nos gusta el Black Friday. No beneficia al comercio, solo supone un descenso en los márgenes comerciales», ha señalado estos días el presidente de la Confederación Española de Comercio (CEC), Pedro Campo, que ha apuntado que solo si el ‘viernes negro’ se ciñera al formato original, de 24 horas, podría tener un impacto positivo en el comercio.

En Segovia el pequeño comercio «no remonta», explica el gerente de ACS, que sostiene que en determinadas zonas comerciales, caso de la calle Real, «había un tipo de establecimiento muy marcado para el consumidor local que está desapareciendo». «El comerciante autóctono desaparece e incluso —dice Casado— hay franquicias o grandes cadenas que están empezando a dirigir sus locales a otro tipo de negocios, como puede ser la hostelería». En la actualidad, según la ACS, el 18% de los locales comerciales en Segovia están vacíos; mientras que se mantiene el alto precio de los alquileres, que han subido un 5% el último año.

Carlos Arribas, junto al escaparate de su tienda 'Tecnojapón'.Carlos Arribas, junto al escaparate de su tienda 'Tecnojapón'. - Foto: Rosa Blanco

Al margen del impacto negativo de las ventas por internet o de los «cambios de hábito» de los consumidores, las ventas «no se recuperan, porque aunque aumenten un 2 ó 3%, en algunos sectores las caídas por la crisis fueron abismales, de más del 60%». El alto precio de alquiler de los locales, los costes salariales y la caída de ventas hace que los márgenes comerciales «estén bajando». 

«Algunos engañan con descuentos que son irreales». El escaparate de ‘Arribas, Confort y Descanso’, en la calle Santo Tomás, luce un pequeño cartel que anuncia un descuento en una marca concreta de colchones con motivo del Black Friday. Alfonso Genique explica que el descuento se refiere a una marca concreta y supone una rebaja del precio del 10%. «Es una campaña que nos manda el fabricante porque, sino, no lo pondríamos. Digamos que el descuento nos lo aplica y nosotros lo aplicamos al cliente. Y es un 10%, porque rebajas del 50 o 60% es imposible».

Genique hace alusión a lo que se conoce como ‘Black Fraude’ que supone, por ejemplo, aplicar días antes un aumento de precio para rebajarlo el día de la efeméride o aprovechar el desconocimiento del cliente del precio real del producto para señalar que este día disfruta de una rebaja tan importante que se acerca a la categoría de chollo. «En sectores como el nuestro, mucha gente no sabe lo que vale el producto y es muy fácil engañar a la gente con grandes descuentos. Hay quienes aprovechan el Black Friday para hacer un descuento que es irreal. Nosotros, en cambio, preferimos que nuestras rebajar sean reales, de un 10 o 20%, que son, por otra parte, las que nos marcan los fabricantes y que el cliente puede comprobar por internet».

Fernando Manjarrés, empresario textil y editor, propietario de La Tonelada.Fernando Manjarrés, empresario textil y editor, propietario de La Tonelada. - Foto: Rosa Blanco

El empleado de ‘Arribas, Confort y Descanso’ considera que el Black Friday favorece menos al pequeño comercio y más a las grandes superficies o fabricantes que utilizan el ‘viernes negro’ para dar salida a sus stocks. En el sector de la colchonería, Genique precisa que hay grandes marcas de colchonería en España que «están en un Black Friday permanente. Utilizan sus marcas, de prestigio, para anunciar grandes descuentos, aunque todo es un fraude. Se han metido en una dinámica de triplicar precios para luego ofertar enormes descuentos para productos que, por otra parte, tienen menos calidad». «Mi consejo —añade—es informarse para que no nos engañen».

En Zapatería Valle, en Santo Tomás número 11, los carteles del Black Friday llevan varios días colocados. Los descuentos se aplican toda la semana, aunque, como explica su propietaria, Pilar Martin, «todavía no he empezado a vender. Lo dejarán para el viernes y sábado». Propietaria de Zapatería Valle  desde hace tres años —tras la jubilación de quien ostentó el comercio durante 19 años—, Pilar manifiesta sus dudas sobre los beneficios del ‘viernes negro’ para su negocio. «Si que es verdad que esta semana se vende más, pero te mata el mes de diciembre y la campaña de Navidad».

El diagnóstico de Pilar es fruto de su experiencia en estos últimos años. «En noviembre no compran porque esperan el Blak Friday y luego en diciembre tampoco, porque ya lo han comprado. Lo he visto en los dos últimos años. Te parte un poco, la verdad»
PIlar admite que  si aplica los descuentos del Black Friday es porque «me veo un poco obligada» y «si nadie lo hiciera, sería genial». «Estamos todo el año con ofertas y al pequeño comercio esto nos machaca», añade la dueña de Zapatería Valle, que mantiene que el Black Friday «solo beneficia a las grandes superficies, que tienen muchos productos en stock a los que puede dar salida». «En cambio —añade— yo me encuentro con que este género que he recibido hace solo un mes y pico ya lo tengo que poner en descuento. Ya casi todo sale con descuento y te ves obligada porque ya lo hace todo el mundo».

La dueña de esta zapatería subraya que el pequeño comercio tiene «muy difícil» competir con plataformas como Amazon y grandes franquicias porque «cuando yo pongo mi campaña de descuentos, ellos ya están con rebajas del 70%». «El pequeño comercio —aventura— está condenado a morir. Internet nos hace polvo. Los alquileres de los locales son altos y no haya una regulación para las rebajas. Ya me dicen, no te desesperes, que está todo el mundo igual».

«Notamos más ventas, aunque la fecha no es la más adecuada». Herederos del antiguo Bazar Japón, en el local que durante décadas ocupó Calzados Matías, en la calle Juan Bravo, está una de las dos tiendas de ‘Tecnojapón’ —la otra está en la avenida del Acueducto— especializada en todo tipo de tecnología y pequeños electrodomésticos. Carlos Arribas no ve con malos ojos el Black Friday, «una moda americana como Halloween que ha venido para quedarse y que ha revolucionado el comercio».

El propietario de Tecnojapón argumenta  su adhesión al Black Friday en que «no podemos quedarnos detrás de ninguna iniciativa que premie el consumo. Y eso es lo que pretendemos, sumarnos a una pequeña fiesta para el consumidor». Arribas admite, no obstante, que «aunque es una buena iniciativa comercial, quizá la fecha no es la más apropiada» dado que puede retraer las compras navideñas, aunque «creo que esto influye más a plataformas como Amazon, donde en este día más gente aprovecha para comprar producto tecnológico».

Tecnojapón —antes Bazar Japón— opera como un pequeño negocio familiar desde hace tres décadas. «El pequeño comercio no será como el que hemos conocido, por ejemplo, hace veinticinco años. Terminará siendo un pequeño comercio franquiciado». Para Carlos Arribas el secreto para la prosperidad de un negocio comercial reside en la especialización. «Lo importante es especializarte, aunque cada vez es más difícil, no por la tienda, sino por los canales de distribución que nos suministran artículos, que en algunos sectores están desapareciendo, caso del mío , el tecnológico. ¿La razón? es muy sencilla, los grandes se comen a los pequeños».

El comerciante admite que las franquicias copan el paisaje comercial de la calle Real y que su negocio familiar, de marca propia, es una excepción. «Este local es propio y facilita mucho que estemos aquí. Los alquileres son altos. Si alguien paga es porque cree que puede sacar dinero de esa inversión».

Centenares de rollos de telas apilados, a uno y otro lado, que emergen por encima de las cabezas de los clientes, configuran los pasillos de la tienda. La viveza de estampados, telas, sedas y retales y tapicerías es tal que recorrer ‘La Tonelada’ es casi como adentrarse en un pequeño jardín en el estallido de la primavera. En el escaparate dos carteles en negro informan de la adhesión de la tienda de telas al ‘viernes negro’ o Black Friday. «Lo sabe todo el mundo. Tengo clientas, señoras mayores, que lo conocen perfectamente. ¡Es que todo el mundo ve la tele y con el Black Friday es un auténtico bombardeo¡», asegura el propietario, Fernando Manjarrés, que abrió el establecimiento en 1983, como desvela el año colocado en la fachada de la tienda.

En ‘La Tonelada’ los descuentos del Black Friday en su tienda se ciñen a «artículos muy concretos», dice Manjarrés, para confesar a continuación que «lo he puesto porque me siento obligado» aunque «me parece una estupidez, no viene a cuento ni forma parte de nuestra forma de vender. Ya tenemos las rebajas y esto no tiene mucho sentido. Todo me parece negativo».

El empresario considera que ‘el viernes negro’ solo favorece a las grandes superficies «que son las que tienen grandes stocks» de articulos y productos; mientras que el pequeño comercio solo se adhiere, obligado y a su pesar, arrastrado por la exigencia de los consumidores. A juicio de Manjarrés, el Black Friday implica una extensión del periodo de rebajas que solo beneficia a grandes cadenas, franquicias e hipermercados. «Antes comercios como el mío comprábamos unos productos y aquellos que se vendían menos, pues en las épocas de rebajas tenían importantes descuentos. Ahora no hay regulación y las grandes superficies se inventan el Black Friday para dar salida a su stock, obligando al pequeño comercio a seguir su estela de descuentos».