¿Futuro con nombre de mujer?

M.R.Y. (SPC)
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La ecologista Annalena Baerbock despunta en los sondeos y apunta al triunfo en las elecciones a la Cancillería de septiembre

¿Futuro con nombre de mujer? - Foto: LEON KUEGELER

Concluida la pelea interna en el seno de la Unión Cristianodemócrata (CDU), en la que se libró una batalla fratricida entre Armin Laschet y el líder de la bávara CSU, Markus Söder, para determinar quién sería el sucesor de Angela Merkel y, por tanto, candidato a las elecciones del próximo 26 de septiembre -con un triunfo in extremis de Laschet-, ya ha comenzado la guerra entre los diferentes partidos por ver cuál será el que, finalmente, se pondrá al frente de la Cancillería y cogerá el timón de una nueva etapa en Alemania. 

Menos turbulenta fue la designación como cabeza de lista de los Verdes de Annalena Baerbock, quien está al frente de una formación hasta hace unos años residual y que ahora parece estar cobrando gran fuerza, hasta el punto de que todos los sondeos sitúan a los ecologistas como primera fuerza parlamentaria tras el paso por las urnas, con lo que el Gobierno germano se mantendría con una mujer al frente, pero con una ideología política bastante diferente.

Desde que fue elegida por los suyos como candidata, el pasado 19 de abril, Baerbock ha ido ganando respaldos, llegando a superar, incluso, a la gubernamental CDU en las encuestas, que le llegan a otorgar un 27 por ciento de los votos, cuatro puntos por encima de los conservadores y 12 más que los socialdemócratas, que serían el tercer bloque con más apoyos en las urnas.

Además del carisma de Baerbock, su discurso también va ganando adeptos. «Tras la pandemia, el dinero no caerá del cielo. Hay que reformar el país y subsanar con realismo sus déficits», apuntó recientemente.

Nacida en el oeste -Hannover-, pero afincada en el este -Postdam-, durante décadas los Verdes fueron una fuerza residual, esta mujer de 40 años es la candidata más joven de la Historia en optar a la Cancillería y, en caso de ganar, sería la primera madre de familia -tiene dos hijas- en ponerse al frente del Gabinete alemán. Su falta de experiencia política -solo ha ocupado el cargo de diputada nacional desde 2013- se compensa con su facilidad para el diálogo y, sobre todo, por su capacidad de trabajo abrumadora.

Entre sus planes de mayor aceptación están la defensa de las descargas fiscales para la gente de pequeños y medianos ingresos y mayores impuestos para ricos y personas con salarios elevados, una política de «diálogo y dureza» con Rusia y la creación de unos Estados Federados de Europa. 

En auge

El ascenso de los Verdes en Alemania empezó a consolidarse en 2018. Entonces, los ecologistas quedaron segundos en Baviera, feudo de la CSU. En 2019 se alzaron como segunda fuerza en las europeas, tras la CDU, y este año ya han demostrado su tendencia ascendente en dos comicios regionales - Baden-Württemberg y Renania-Palatinado-, en los que, además, los democristianos han sufrido un potente varapalo.

El partido presenta esta senda al alza, según los expertos, porque está identificado con un voto ambicioso, pero moderado, capaz de desbancar la alternancia clásica entre conservadores y socialdemócratas. Nacido en los años 80 como un movimiento rebelde, ahora defienden la «sensatez medioambiental» y su electorado tiene un amplio abanico, no solo de edad, sino también de ideología, puesto que, situado en el centro moderado, recaba respaldos desde la derecha y la izquierda. De hecho, durante sus primeros años solo pactaban con los progresistas y ya con la llegada del siglo XX se abrieron a negociar con la CDU.

Aunque los sondeos coinciden en un triunfo de Baerbock en los comicios de septiembre, los ecologistas tienen que ser cautos: ya en 2017 las encuestas fallaron estrepitosamente con el socialdemócrata Martin Schulz, al que auguraban un cómodo triunfo y acabó claudicando ante Merkel, firmando, finalmente, el peor resultado histórico del SPD.

Alemania se prepara ahora para empezar, precisamente, una nueva etapa sin la veterana mandataria. Y, después de 16 años, otra mujer puede liderar la nación si sabe mantener su racha.