Tierra quemada a la espera de un nuevo comienzo

D. A.
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Los trabajos previos a la recuperación del monte ya han empezado, pero quedan puntos calientes que impiden dar el fuego por extinguido

Tierra quemada a la espera de un nuevo comienzo

Una dantesca alfombra negra cubre casi 400 hectáreas de la sierra de Guadarrama. Tardará como poco cinco años en volver a ser verde y no menos de medio siglo en recuperar la estampa de antes de que el fuego se desatara el 4 de agosto.

Comenzó sobre las 14.30 horas y apenas 45 minutos después ya se había producido la primera deflagración, la que lo convirtió en «imparable dentro de las 400 hectáreas donde se contuvo», apunta el delegado territorial de la Junta,Javier López-Escobar.De hecho, hubo que esperar tres días para darlo por controlado y aún hay puntos calientes, turbas, que obligan a seguir trabajando, porque extinguido no estará al menos hasta la próxima semana o incluso la siguiente, según advierte.

La tragedia pudo ser mucho mayor si las llamas hubieran llegado a entrar en los montes de Valsaín, pero no deja de ser «el incendio más grave de este tipo que ha sufrido la sierra en los últimos 160 años».Fue mucho más grande el que se registró en Honrubia de la Cuesta hace diez años (curiosamente casi en las mismas fechas porque se originó en concreto el 4 de agosto de 2008), ya que arrasó unas 1.100 hectáreas, más del doble que éste, pero aquel «afectó a un robledal de la zona de Riaza, no a la ladera del monte». 

Tierra quemada a la espera de un nuevo comienzoTierra quemada a la espera de un nuevo comienzo - Foto: PABLO MARTINEl trabajo de perimetración no concluirá hasta su completa extinción, pero tampoco diferirá mucho el área afectada de las 410 hectáreas ya indicadas.No obstante, dentro de semejante extensión hay parcelas que se han salvado y suman unas 40 hectáreas, de ahí que se hable de una superficie calcinada de 370.

La finca más afectada, de 302 hectáreas (unas 178 de pinar, 100 de matorral y 24 de pastos), es una privada denominada El Morete y ubicada dentro del término municipal de SanIldefonso. Se dedicaba a aprovechamiento maderero y pastos con producción de carne ecológica, siempre según las explicaciones del delegado. La otra finca, de nombre Pedrona, con 60 hectáreas de pinar y los mismos usos, pertenece a Palazuelos. Después hay «zonas menores» afectadas en la urbanización Caserío de Urgel, que es justo donde se originó el incendio. Concretamente, en una parcela de la calle más alta de la urbanización, el Camino de Fuente Infantes, «cerca del camino secular que une La Granja con el Monasterio de El Paular de Rascafría», tal y como apuntaba la comunidad de propietarios del Caserío en un controvertido comunicado emitido el pasado lunes por su directiva. En su escrito calificaba lo sucedido como «la crónica de un desastre anunciado» e indicaba que esta parcela «viene estando año tras año repleta de hierbas secas y maleza, haciendo dejadez el Consistorio de su obligación de conservación». Una zona que suelen frecuentar «chavales» y «parejas» para «organizar botellón, fumar y mantener relaciones sexuales». «Sea cual sea la causa del fuego, no es descartable que unos cristales de una botella rota de ginebra hayan podido ser la causa del incendio», se aventuraba a decir la directiva de esta urbanización en su comunicado. Ese mismo lunes, horas después, el Ayuntamiento del Real Sitio difundía otro comunicado en el que subrayaba que tales manifestaciones «pueden incurrir en delitos penales al carecer de fundamento técnico, jurídico o científico», y recordaba que «hay una investigación judicial en marcha». Al día siguiente, el alcalde del RealSitio, Samuel Alonso, se reunió con miembros de la directiva, que, curiosamente, tras ese encuentro y según el propio alcalde, difundieron una nota en la que «lamentan la interpretación que ciertos medios de comunicación han hecho de la nota enviada por esta directiva», asegurando a su vez que «en ningún momento han tenido la intención de responsabilizar en nada al Ayuntamiento».

Además, en la investigación ya se ha descartado la limpieza como causa u origen del fuego. «El incendio se habría comportado exactamente igual», explica el delegado. «Por muy limpio que hubiera estado aquello, las condiciones de este año habrían hecho que avanzara igual, habría explosionado en el mismo sitio, y la planificación que se tuvo desde el principio (a la hora de intervenir) habría sido muy parecida». 

Tierra quemada a la espera de un nuevo comienzoTierra quemada a la espera de un nuevo comienzo - Foto: PABLO MARTINEn la investigación (a cargo de la brigada de incendios forestales y del Seprona) se localizan las rutas del incendio y se da marcha atrás hasta llegar al punto exacto donde se inicia.«Esta gente sabe muy bien dónde esta ese punto, lo que allí hay, y en la primera inspección visual sobre el terreno no aparecen indicios ni de accidente ni de materiales compatibles con provocar un incendio». Ni acelerantes, ni mechas... «Pero aquí ha habido alguien que ha quemado el monte, intencionada o accidentalmente, y un dispositivo ejemplar, bien coordinado, que se ha dedicado a apagarlo», asegura López-Escobar. «Este es un ejemplo antitópicos porque estamos hablando de un monte en producción, aquí hay ganado que pasta, producción maderera, ordenación forestal y trabajos de mantenimiento y limpieza», y aun así se desató el incendio.

La investigación no tiene fecha clara para su conclusión con o sin resultados, en paralelo al inicio de los trabajos previos de recuperación. Primero, utilizando la propia madera quemada para disponerla sobre el terreno en albarradas o fajines, algo así como pequeños diques en tierra para evitar que se mueva la ceniza y consolidar el suelo.También con pequeños diques en el arroyo Morete para minimizar la entrada de material quemado al agu, y habrá que trabajar bien el control de plagas en las zonas de transición entre lo quemado y lo salvado.

Después llegará la repoblación, pero toca esperar a una regeneración inicial de la zona que ha de producirse de forma natural, espontánea, en uno o dos años.

Para trabajar en la recuperación de la zona ya se han apuntado más de 500 voluntarios. El Ayuntamiento se encarga de inscribirlos a través de un correo electrónico de ProtecciónCivil (pcivillagranja@gmail.com), los está clasificando, y desde la Junta se les asignarán tareas según sus cualificaciones para la reconstrucción de fuentes, la limpieza del monte o el control de franjas de seguridad entre muros de los jardines del Palacio Real y el pinar. López-Escobar cree que tal vez en septiembre se pueda llamar ya a algunos voluntarios para alguna tarea puntual, pero «hay que esperar a que se asiente todo, incluso hasta que las primeras lluvias de otoño generen algo de vegetación espontánea». El daño está hecho, aunque pudo ser peor, y ahora toca tener paciencia y volver a arrimar el hombro cuando toque, sin olvidar que la investigación, además, continúa también abierta.