José Ignacio Bernabé Olmos, presidente del comité de empresa de Bankia, absorbida por CaixaBank, que ha reconocido a los delegados sindicales actuales a nivel nacional, que se suman a los que había por provincias, afirma en esta entrevista que los despidos anunciados por la entidad bancaria suponen el 52% de la plantilla de Bankia, inicialmente 85 empleados en Segovia,  de 250, uno de cada tres, aunque se mantienen negociaciones entre las partes. Miembro del Sindicato Autónomo de Trabajadores de Ahorro (SATE),  que cuenta con siete de los nueve representantes del comité, que llegó al sector como analista de riesgos de Caja Segovia, en 1989, pasando después a Bankia y ahora CaixaBank,  señala que no entienden cómo la entidad española con más beneficios plantee un ERE para reducir su plantilla en 8.291 empleados, y subraya que el banco se fundamenta en que los clientes van ser completamente digitales, pero si no se pueden llevar a cabo todas las operaciones de esta forma, «la  atención se va a ver afectada (...) pero entiendo que no es un supuesto realista en el corto y medio plazo».

¿Cómo se plantean desde el comité de empresa los anunciados despidos forzosos en CaixaBank, tras la absorción de Bankia?

El 11 de mayo iniciamos el proceso de negociación formal donde nos facilitaron toda la información legal requerida por el estatuto de los Trabajadores, para iniciar un Expediente de Regulación de Empleo (ERE), aplicando tanto el artículo 41 [la dirección de la empresa podrá acordar modificaciones sustanciales de las condiciones de trabajo cuando existan probadas razones económicas, técnicas, organizativas o de producción], como el 51 [cuando se produzcan cambios, entre otros, en el ámbito de los sistemas y métodos de trabajo del personal o en el modo de organizar la producción y causas productivas].

Lo han denominado ERE salvaje ¿cuál es la causa?

No entendemos que una empresa, un banco en este caso, que comunique un beneficio de 4.786 millones de euros, en el primer trimestre de 2021, que aunque hay una serie de ingresos extraordinarios, sin ellos estaríamos hablando de un beneficio atribuido de 514 millones de euros, que es la entidad española con más beneficios, plantee un ERE para reducir su plantilla en 8.291 empleados, hablamos de despedir en torno al 19% de la plantilla, no es que sea ya en términos relativos, sino que eso representa el 52% de la plantilla de Bankia que se integra en Caixabank.  Esta es la causa por lo que lo denominamos salvaje, tanto en las cifras como en las condiciones que han propuesto y siguen manteniendo, eso no facilita nada que esa personas se vayan a su casa de una manera digna, después de llevar trabajando 25, 30, 40 o 45 años en sus entidades de origen.      

¿Cómo afecta en Segovia la propuesta del ERE?

Afectaría a 85 empleados, la plantilla de Caixabank en Segovia alcanza unos 250,  de los que en torno a 40 corresponden a origen CaixaBank y 210 proceden de Bankia, de ahí la cifra que nos han facilitado para llegar a su objetivo de los 8.291 es que en Segovia deben ser 85 despidos y, contextualizándolo, eso significa un 34% de la plantilla, es decir, uno de cada tres empleados dejaría de trabajar para CaixaBank. Aún no hay nombres y apellidos de las personas, ellos nos han facilitado un informe técnico que es lo que la ley les obliga para tratar de justificar ese ERE, tanto a nivel nacional como provincial, y las cifras que tenemos son a nivel global, lógicamente en este proceso de negociación los sindicatos tenemos que abordar y pelear porque esa cifra se reduzca.

Han comenzado movilizaciones, ¿qué resultado están dando?     

Han tenido un éxito espectacular porque en Segovia hubo unos 200 empleados, un porcentaje muy elevado de la plantilla, teniendo en cuenta que hay personas residiendo fuera. Es verdad que en Ávila nos han ganado por goleada, hay que reconocer que ha sido bastante más grande, incluso con un número algo inferior de empleados, han tenido una participación en torno a 400 personas. Desde el punto de vista sindical tenemos que agradecer que las instituciones políticas abulenses hayan apoyado la concentración en Ávila, tanto el Ayuntamiento como la Diputación y una gran parte del espectro político. 

¿En Segovia se ha pedido ese apoyo?

No, ni en Ávila ni en Segovia se pidió expresamente, solo comunicamos que se había convocado la concentración, a partir de ahí, el resultado final ha sido ese, entiendo que debido a ese apoyo en la capital abulense tuvo mejores números que en Segovia, pero, en definitiva, estamos muy contentos, en Madrid se movilizaron 4.000 personas, en Barcelona, 1.000;  en valencia, 1.000… Ha sido un éxito, más en estos momentos de covid donde hay que guardar distancias y evitar grandes concentraciones.  

¿La reducción de plantilla conllevará el cierre de sucursales, aparte de las que ya se han llevado a cabo al solaparse?

Aún no tenemos el número exacto de las que puedan cerrar,  creo que solo se producirá donde existe solapamiento, donde había una oficina de Bankia y otra de CaixaBank, lógicamente, cerrará una de ellas. Me inclino más porque la reducción en número de empleados se va a resentir sobre todo en el número de empleados por oficinas.  

¿Hasta qué punto puede afectar todo esto a los servicios que se prestan a los clientes?

Bastante porque todo este planteamiento que nos realiza CaixaBank se fundamenta en que los clientes van ser completamente digitales, si el primer supuesto que nos hace en su argumentario se basa en se van a hacer digitalmente la práctica totalidad de operaciones y eso no es así, la  atención se va a ver afectada. Si CaixaBank acierta y todos los clientes llevan a cabo sus operaciones por Internet, pues no, pero entiendo que no es un supuesto realista en el corto y medio plazo.

De hecho Bankia había reducido mucho la atención personal, limitándola a la ‘Oficina Ágil, donde hay esperas y horarios de pago de recibos… 

Como estamos en un modelo bancario que cambia a nivel general, con el objetivo de obtener un beneficio, las entidades tratan de tender más a la digitalización y menos presencia de los clientes en las oficinas pero, si no se alcanza el objetivo, la clientela pueda verse afectada.   

¿A la provincia, con una población muy envejecida, seguirán autobuses con cajeros y máquinas para actualizar las cartillas?

Los autobuses seguirán funcionando como hasta ahora y, si no hay un cierre significativo de oficinas, que entiendo que no va a existir, el único inconveniente es que habrá menos empleados para la atención a los clientes, pero una persona tiene una cabeza, dos manos y dos pies, aparte de un tiempo de trabajo, con lo cual no tiene mucho sentido pensar que solo uno va a poder realizar la misma actividad que la que se llevaba a cabo entre dos o entre tres.

¿Usted que ha conocido Caja Segovia se imaginaba que todo esto iba a terminar de esta forma?

No, para nosotros está siendo sorprendente pero, en el día a día, vemos el mercado donde hay entidades más agresivas desde el punto de vista de la digitalización, este es el modelo que implementa CaisaBank, que no es el que aplica todo el mundo, pero por el bien de todos los empleados que trabajamos en la entidad, confiemos en que se reduzca la propuesta de recortes y, ojalá, acierten en sus previsiones y ganen dinero para que todos sigamos trabajando, lógicamente.

¿Caja Segovia acertó en esta primera fusión con Bankia?

Personalmente entiendo que no, había más posibilidades, aunque bien es verdad que la anterior a Bankia era Banca Cívica y nos encontraríamos en el mismo momento que ahora… Cambiar los acontecimientos no está en nuestra mano actualmente.

¿Qué sensación les produce que se programe un ERE al que consideran ‘salvaje’ y luego se aprueben subidas de sueldos e incentivos para directivos, que el Gobierno ha votado en contra, de la misma forma que hubo altas indemnizaciones antes de desaparecer Caja Segovia, lo que llegó a judicializarse?

No tiene mucho sentido que se gane mucho dinero, los directivos se suban el sueldo y, por otro lado,  planteen una reducción muy fuerte del número de empleados y recortes en las condiciones salariales, que también lo ponen sobre la mesa.  Es una incongruencia total cuando, al inicio del proyecto, el presidente, José Ignacio Goirigolzarri, y el consejero delegado, Gonzalo Gortázar, han manifestado que somos un equipo y que no hay diferencias, pues yo creo que no lo están demostrando con sus hechos.  

Con la desaparición de Caja Segovia, su obra social se quedó muy reducida e hipotecada, incluso, luego se ha recuperado mínimamente tras un acuerdo con Bankia, ¿prevé que CaixaBank se implique en la sociedad segoviana?

En este aspecto de la absorción soy optimista porque la Fundación CaixaBank es accionista del 30% y, al cobrar los dividendos, la obra social tiene mucha fuerza y es muy importante, espero que repercuta positivamente a nivel Segovia, aunque no conozco sus proyectos, es una sensación solamente. 

Caja Segovia tenía más del 50% del mercado bancario, ¿se ha ido reduciendo la cifra tras pasar a Bankia y repercutirá ahora?

Cuando hay una integración y un cambio de nombre, de cultura y de marca se ha resentido, no conozco las cifras en detalle, pero creo que ha sido poco, en Segovia hay que reconocer que el activo son los empleados. Lo lógico hubiera sido pensar que con el cambio de denominación y de marca hubiera decrecido la cuota de mercado de una manera espectacular y grande, se ha ajustado, pero ha sido un ajuste realmente bajo, el trabajo real ha sido de los compañeros que son quienes fidelizan a los clientes, los que mantienen relación con ellos y, en definitiva, los que sostienen el negocio.

¿Qué ocurrirá si se acaba definitivamente esa atención personalizada en muchos pueblos y barrios?  

Por eso proponemos que las cifras del ERE no sean tan altas, incluso que se pueda producir un proceso de reestructuración a tres o cinco años y no de una manera tan alta y precipitada, ahí vuelve la denominación de salvaje porque lo quieren hacer inmediatamente. Si realmente la entidad apuesta por el cliente y quiere tenerle en el centro, hay zonas de ese mercado, como puede ser Segovia, con una característica específica como la de edad, hay que tenerlo en cuenta a la hora de llevar a cabo esos 85 despidos.

¿Tienen confianza en poder llegar a un acuerdo?

Tenemos que pelear porque esa cifra se rebaje, tenemos argumentos suficientes para que sea así, pero en una negociación se necesita el acuerdo de dos partes, no solo de una. Las condiciones de la propuesta que hay encima de la mesa no llegan a ser ni un poco optimistas. La propuesta es que los empleados que dejen la entidad, desde 57 a 63 años, reciban de indemnización el 50% de su salario, no solo es una cantidad baja sino que, además, hablamos de dignidad, respeto y reconocimiento al trabajo realizado, es decir, CaixaBank, fruto de muchas fusiones, es lo que es gracias a todos los empleados que estamos en ella, entonces vemos que ni siquiera hay un reconocimiento mínimo hacia quien ha estado sacrificándose y luchando por defender el negocio.

¿Prevén nuevas movilizaciones?

Sí, ahora mismo nos centramos en una reivindicación interna, tenemos que movilizar a nuestros compañeros porque creo que el ERE nos afecta a todos, primero hicimos una movilización en Valencia de delegados sindicales, el 6 de mayo, en la presentación de resultados, y volvimos el 14, en la junta general de accionistas, y el día 20 realizamos concentraciones en muchas provincias. Son pasos que debemos dar a nivel interno, sin descartar medidas como un paro parcial, el 2 de junio, de 11,00 a 11,30 horas, incluso la huelga. De momento no hay acuerdo en las negociaciones. 

¿Cuál es la representación de SATE en Segovia?

En Segovia somos mayoritarios, en Bankia el porcentaje de votación a SATE era del 80%, con siete representantes en el comité de un total de nueve. De momento se reconocen los delegados a nivel nacional, se han sumado los que había por provincias y por comités. La composición del nuevo órgano que defienda a los empleados de Segovia se elegirá en noviembre de 2022, cuando prevemos que serán las próximas elecciones sindicales.