Más de un centenar de profesores interinos están en vilo en Segovia. La decisión del Ministerio de Educación de reducir las distancias entre alumnos de 1,5 a 1,2 metros se supone que se traducirá en un aumento de los alumnos por aula y en una reducción de los desdobles, lo que deja en el aire los contratos de los docentes que fueron contratados para reforzar el sistema al inicio del curso que está a punto de terminar. Las Comunidades Autónomas tienen libertad para decidir y la consejera de Educación de Castilla y León, Rocío Lucas, ha asegurado que las medidas para el próximo curso serán «muy similares», pero los sindicatos no se fían.

Según datos facilitados por la Dirección Provincial de Educación, un total de 117 profesores han sido contratados de forma excepcional en Segovia para dar respuesta a la situación provocada por la pandemia. Un escenario que obligó a improvisar nuevas aulas en gimnasios y bibliotecas de los centros y a ampliar las plantillas de docentes. «Hemos visto que, con las medidas que hemos planteado, ha sido un entorno seguro. Hemos tenido menos aulas en cuarentena que incluso en comunidades autónomas que han ido a la semipresencialidad en la ESO y Bachillerato, sin respetar ese metro y medio. Por tanto, para el siguiente curso planteamos unas medidas muy parecidas a las que tenemos», señaló el pasado viernes la consejera de Educación, Rocío Lucas. En su opinión, Castilla y León ha sido un modelo para el resto del país: «Prácticamente, en Secundaria y Bachillerato solo estamos al cien por cien [en cuanto a presencialidad] en Castilla y León y el País Vasco. En FP, fuimos únicos en septiembre y, luego, se incorporó alguna otra comunidad. Pero desde el principio de curso, con la mascarilla, el metro y medio de seguridad, los desdobles y las listas dinámicas, al cien por cien, con la FP hemos sido los primeros. Hay alguna otra comunidad que en este último trimestre, sobre todo los que iban a la semipresencialidad en quinto y sexto de Primaria, se ha ido incorporando a la presencialidad total», argumentó Lucas en una visita a Zamora.

Sin embargo, los sindicatos encuentran defectos a la gestión de la Junta de Castilla y León durante este curso. «En muchos centros ha sido imposible mantener el metro y medio de distancia. En muchos ese 1,20 metros del que se habla ahora es lo que viene habiendo hasta ahora», subraya la presidenta en Segovia del sindicato de profesores ANPE, Cristina Olmos.   «El inicio de curso fue tremendamente traumático porque de la noche a la mañana se cambiaron los protocolos y hubo que modificar los desdobles, los programas… Y ahora la Consejería de Educación hace el vago. No puede ser que estemos en las fechas que estamos y no haya unas instrucciones de fin de curso. Hay que actuar», abunda José Antonio Sánchez, de UGT.

La relajación de las medidas amenaza 117 puestos docentes

Aparte de la reducción de las distancias de seguridad en las aulas, ya se sabe también que las mascarillas se mantendrán. El secretario general de Enseñanza de CCOO en Segovia, Óscar Sancho, desconfía no obstante de los compromisos de la Junta. «Son los mismos que firmaron las 35 horas para toda la función pública y no lo cumplieron. Cómo nos les vamos a creer si les hemos visto incumplir hasta lo que firman. Son los mismos que no están distribuyendo los fondos adicionales que no se han liberado para esta Comunidad, que repercutirían en mejora de horario y salarial para la función pública. Ahora está de moda el toreo de sindicalistas», se queja, al tiempo que alerta de posibles recortes: «El Gobierno de Castilla y León es del mismo signo político que el de la Comunidad de Madrid, que a gritos de libertad ya ha anunciado recortes en la Educación y la Sanidad. Ahora que ha acabado el estado de alarma por la pandemia, este país debería poner un estado de alarma por lo público. Me refiero ya no solo a la sanidad y la educación sino a los funcionarios públicos, a su trabajo, a la dependencia… A todo lo que necesita una sanidad para estar preparada para otra pandemia».

En la educación precoronavirus, las ratios por aula eran de 25 niños en el primer curso de Infantil y de 35 años. Unas cifras a las que los sindicatos esperan que no se regrese. «Sería una barbaridad reducir las ratios de profesores por alumnos sin saber cómo va a ser la evolución de la enfermedad», apunta Yolanda González. Para esta representante de CSIF, «es aventurado hablar del curso que viene si todavía no sabemos cómo va a acabar este, pero las plantillas de profesores no se estabilizan con listas dinámicas, contratos de media jornada o de tres cuartos sino sacando oposiciones».

El debate sobre los refuerzos para el próximo curso ya han llegado a la Mesa Sectorial de Educación. «Cada mes nos reunimos en Junta de Personal todos los sindicatos que estamos representados y es una de las preguntas que hemos incluido. El aumento de las ratios de alumnos por aula que se ha producido desde la crisis de 2008 ha masificado las aulas de tal manera que no permite realizar el trabajo como nos gusta a los profesionales», remarca Óscar Sancho. «A la hora de atender a la diversidad y a la calidad de la enseñanza es imposible. Querer volver a eso es no aprender nada», zanja José Antonio Sánchez.