Puntillita al bocata de calamares gigante

Sergio Arribas
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Urbanismo ordena retirar el muñeco de 2,5 metros, los toldos y el resto de elementos de la decoración exterior de 'Los Entendidos', la nueva cervecería de la calle Real, al vulnerar la normativa de patrimonio.

Puntillita al bocata de calamares gigante - Foto: Rosa Blanco

Fue colocado hace un par de semanas junto a la cornisa y cristalera de la segunda planta del edificio, coronando la puerta principal de la flamante nueva cervecería, de la que es su mascota, logotipo e imagen corporativa. En esta atalaya privilegiada, el bocadillo gigante de calamares que identifica al nuevo local en Segovia de ‘Los Entendidos’, no pasa inadvertido a los centenares de peatones que transitan a diario por la calle Real. Tampoco al Ayuntamiento de Segovia, que no se ha dejado seducir por la sonrisa que luce este bocata de calamares gigante, de 2,5 metros de altura, obra del diseñador Jesús Piñeiro, autor de las vajillas de los restaurantes de Ferrán Adriá o David Muñoz. La vida de la mascota de plástico en su actual emplazamiento se antoja efímera.

La Concejalía de Urbanismo ha requerido a los propietarios de ‘Los Entendidos’ —con locales en Madrid, en la Gran Vía y la calle Cruz— la retirada de toda la decoración exterior de la nueva cervecería, ubicada en el edificio de la calle Cervantes que tuvo como últimos inquilinos a Taberna Cervantes y Volapié. Los dueños no han solicitado la autorización para instalar la figura del bocadillo gigante; pero tampoco de otros elementos de la fachada como los toldos o vinilos decorativos colocados en algunas ventanas. 

Según el Plan Especial de Áreas Históricas (PEAHIS), la colocación de cartelería, decoración y elementos externos como los toldos en inmuebles ubicados en el casco antiguo y barrios históricos exige del amparo de la correspondiente licencia urbanística. «No es que no tengan permiso, es que ni lo han pedido y la normativa lo exige», aclara la concejala de Urbanismo y Patrimonio Histórico, Clara Martín. Los técnicos municipales giraron hace unos días una inspección al local y, como consecuencia, abrieron un expediente para requerir a la propiedad la retirada de estos elementos en un plazo máximo de cinco días desde que reciban la notificación. Si los dueños obvian esta orden, Urbanismo abriría un expediente de restitución de la legalidad y, en su caso, impondría la correspondiente sanción económica.

Puntillita al bocata de calamares gigantePuntillita al bocata de calamares gigante - Foto: Rosa Blanco

Impacto estético. Por otro lado, Martín subraya que los elementos instalados suponen un «impacto estético [negativo] sobre la visual del conjunto histórico declarado». «En el ámbito de los conjuntos históricos —añade— todo lo que tiene que ver con la cartelería, toldos y publicidad está perfectamente regulado por la Ley de Patrimonio Histórico español y la Ley de Patrimonio Cultural de Castilla y León». 

No es la primera vez que el edificio es centro de la polémica por una cartelería o publicidad colocada en su fachada. En junio de 2017, el ayuntamiento ordenó la retirada del anuncio de la feria taurina de Segovia de aquel año ubicado en plena Calle Real; mientras que, meses antes, también se requirió a los inquilinos del inmueble la retirada y apagado de una pantalla publicitaria de grandes dimensiones que emitía videos publicitarios, un asunto que tuvo un largo recorrido en los tribunales. Entonces, el TSJ llegó a admitir algunos argumentos de los demandados, incidió en la «complejidad del urbanismo en Segovia» y terminó por abrir la puerta a la legalización de la pantalla. Sin embargo, ahora, con el PEAHIS en vigor, es preceptiva la solicitud de licencia para todo elemento de decoración exterior y no es posible la colocación de cartelería o instalaciones que no sean acordes con la estética del recinto histórico. 

«Una cosa es que el edificio no esté catalogado —como es el caso—y otra que hay una regulación específica sobre este tipo de cuestiones », apunta Martín, que señala, como ejemplo, que en el área de especial protección que regula el PEAHIS solo se pueden colocar toldos «de colores blancos, ocres o grises», mientras que los cuatro colocados en la nueva cervecería, uno por planta, son a rayas blancas y negras. Al igual que la mascota del bocadillo gigante de plástico su presencia en la fachada se antoja también efímera.

Puntillita al bocata de calamares gigantePuntillita al bocata de calamares gigante - Foto: Rosa Blanco

Una fórmula de ‘fast food’ de éxito en la Gran Vía. ‘Los Entendidos’ ha aterrizado en Segovia tras el éxito alcanzado en sus dos locales de Madrid, en la Gran Via y la calle Cruz. Detrás de este proyecto están dos madrileños que visitaban con frecuencia Segovia para disfrutar de su gastronomía. En una de aquellas ‘escapadas’, ya en pandemia, conocieron que el local de la calle Cervantes —de 200 metros cuadrados, distribuidos en cinco plantas— estaba disponible, en alquiler, y lo ‘cogieron’ aún sin saber que proyecto iban a poner en marcha.

El prolongado cierre de la hostelería en Castilla y León provocó que el proyecto arrancara en Madrid, en los locales que ambos tenían en Madrid y que hasta entonces se dedicaban a la venta de gofres. Ambas cervecerías, con su servicio de ‘take away’, han servido de exitoso campo de pruebas para el proyecto de Segovia, que siempre pasó por una carta sencilla con productos de calidad y económicos, con la cerveza y el bocadillo de calamares como platos estrella. ‘Los Entendidos’ será el primer bar de Segovia que ofrecerá cerveza de bodega de Estrella Galicia. Lo hará gracias a los tanques ya instalados en la primera planta de un local, que sus nuevos inquilinos han reformado en profundidad.