Vivir entre partituras

Aurelio Martín
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Alicia Lázaro investiga en el Archivo Musical de la Catedral de Segovia que conserva uno de los fondos más destacados de España de los maestros de capilla del siglo XVII.

Alicia Lázaro, investigadora musical. - Foto: Rosa Blanco

En Segovia hay mucha y muy buena música de maestros de capilla, principalmente del siglo XVII, conservada en el Archivo de la Catedral, sostiene Alicia Lázaro, que dirige, desde 1997, la Sección de Investigación Musical de la Fundación Don Juan de Borbón y la Capilla de Música Jerónimo de Carrión, con la que realiza programas de música inédita del primer templo segoviano y de otros archivos españoles. 

Gracias a un convenio de colaboración entre el Cabildo Catedralicio y la Fundación, Lázaro ha venido trabajando en torno a maestros de capilla como Sebastián de Vivanco, Miguel de Irízar, Jerónimo de Carrión, Juan Bonet de Paredes, Juan Pérez Roldan, José Mi y Llusá, Juan Montón y Mallén, Sebastián Durón y Juan Hidalgo.  Estos dos últimos no desarrollaron su labor como maestros de capilla de la Catedral, como tampoco lo hizo José de Nebra, pero era habitual que las partituras se copiaran y pasaran de un lugar a otro.

El Archivo Musical de la Catedral conserva alrededor de 4.600 obras,  alguna  muy representativas de la música que se hacía en España. En estos años, Lázaro ha  trabajado sobre unas 400, siempre llevando a cabo una selección representativa. La conclusión a la que llega es que «este archivo no es muy grande pero tiene un corpus muy importante de música del siglo XVII, en obras que fueron copiadas».  Además, una de las razones por las que se han conservado las partituras, aparte de por el cuidado que se les presta, se debe a que el Cabildo pedía a sus maestros de capilla que dejaran sus obras antes de abandonar el destino, o bien los borradores o las partichelas.  Lázaro aclara que la investigación es  una profesión que parece como de Indiana Jones, «pero es bastante complicada, seria y con mucho trabajo de fondo».

Una de las claves de que está muy bien representada toda la música que se hacía en España en el siglo XVII es que el archivo conserva muchas obras que fueron copiadas para uso de la capilla de otros grandes maestros españoles que no llegaron a estar en Segovia.  El archivo de música del Palacio Real de Madrid se quemó en 1768, perdiéndose toda la música del siglo XVII que se guardaba allí, pero se había copiado música para interpretarla en la Catedral segoviana, entre otras. De esta manera hay obras de Carlos Patiño, Sebastián Durón, Juan Hidalgo y grandes maestros que trabajaron en Madrid. 

Sí que estuvieron en Segovia maestros de la talla del navarro Miguel de Irízar (1635-1684), de quien recientemente se ha estrenado la recuperación histórica de la obra ‘Misa a 8, 5º tono punto alto’,  quien llegó después de haber permanecido en Vitoria, falleciendo en Segovia, o Jerónimo de Carrión (1660-1721),  segoviano, aunque también viajó fuera  porque entre los maestros de capilla había mucha movilidad.

RENACIMIENTO. Higinio Inglés llevó a cabo una primera descripción del Cancionero de la Catedral,  de finales del XV principios del XVI, en el renacimiento,  procedente de la antigua seo, por lo que se salvó del incendio del Alcázar.  Hay quien sostiene, de acuerdo con Lázaro, que fue una recuperación hecha  para la Reina Isabel. Se encuentran los maestros franco-flamencos que se copiaron para uso de la capilla, probablemente, de la fortaleza, unas cien de fuente única, no quedan otras trazas de esa música.

Durante la desamortización de finales del XVIII se perdieron muchos fondos musicales en España, pero, por fortuna, según la investigadora, nada del archivo segoviano ya que el Cabildo alegó que las partituras no se las podían llevar porque eran para los niños del coro, para formación, y entonces se conservó.  Cuando la capilla o grupo de cantores e instrumentistas responsable de la música sacra,  llegaba a cantar 200 días al año,  la actividad fue languideciendo, hasta los últimos años en que se aprecia un afán de las catedrales por resucitar su vida musical. Como prueba, en Segovia se están restaurando los dos órganos catedralicios.

La teoría que defiende la investigadora musical es que «el patrimonio no solo son las piedras, sino también el aire, la vida…; el presbiterio es el corazón de la Catedral, la vía sacra es la columna vertebral, pero los órganos son los pulmones, los que insuflan el aire y la vida, es importante; los edificios silenciosos nos dicen menos que cuando podemos escucharlos”. 

Con un trabajo centrado principalmente en los maestros de capilla de la Catedral durante el siglo XVII y la primera mitad del XVIII, cada año, Lázaro elige un compositor y lleva a cabo un monográfico de obras, transcripciones, interpretación y,  cuando es posible, se ofrece un concierto y se graba. Según el convenio,  la Sección de Investigación Musical de la Fundación,  «cuando se puede se estrenan las obras en la propia Catedral y luego se depositan las partituras y las grabaciones cuando las hay,  para que se conserve y sea material de estudio de otros investigadores”.  El problema, a juicio de Lázaro, es que, “durante muchos años, la gente ha investigado y ha sido incapaz de entregar un trabajo con el resultado de su obra, decía Stevenson que sabemos muchas cosas o pocas, pero lo que sabemos, se conoce entre todos, es importante que la información fluya, que se puedan leer los trabajos, eso hace un conjunto mayor y mejor, por fortuna la tendencia ha cambiado, desde que empecé a investigar». 

En el próximo trabajo estudiará a Más Cristóbal Galán, Pedro Serrano o Juan de León, los primeros de la mitad del XVIII, para interpretarlo con la Capilla Jerónimo de Carrión, la Escolanía de Segovia y el grupo de gregoriano ‘Eschola Antiqua’.