Aunque Segovia ha registrado recientemente su cifra más baja de nacimientos en más de 75 años, con 1.002 en un año, todavía hay esperanza. Las veinte caras que ilustran este reportaje demuestra que no todo está perdido. Veinte veinteañeros segovianos que están llamados a marcar el futuro próximo en todos los ámbitos. Las nuevas tecnologías, el cambio climático, la cultura, la lucha social, la educación, el deporte... Su proyección es prometedora.
A sus 28 años, Rubén Cecilia es experto en ciberseguridad y está a punto de poner en marcha su propia empresa junto a seis socios. Una compañía que aspira a ser protagonista en la próxima era de la revolución digital que se avecina. Este joven segoviano pretende crear una plataforma para ‘contratos inteligentes’ a partir de ‘blockchain’. Tan avanzada es la idea que han decidido que la sede social esté –al menos inicialmente– en Estonia debido a la ausencia de un marco regulatorio de esta tecnología en España. «‘Se han creado muchos prejuicios negativos en torno al ‘blockchain’ por las ‘bitcoins’ y el blanqueo de capitales, pero queremos demostrar que su uso también puede ser positivo», explica durante un escanso del intenso trabajo que está protagonizando estas Navidades para desarrollar la plataforma. «La gente del mundillo está acogiendo muy bien la idea», añade.
De dar a conocer su éxito si se produce se encargará Daniel Martín, cuellarano de 29 años que es redactor jefe y presentador de los informativos de La 8 Segovia. Un canal que ya ha contado los triunfos profesionales o deportivos de otros veinteañeros como Elvira Sastre, Néstor F. Marqués, Claudia García Niño, Águeda Muñoz Marqués, Jorge de Frutos o David Llorente.
Este último aspira a convertirse en uno de los grandes nombres propios del 2020. Subcampeón del mundo de piragüismo, a sus 23 años tiene un pie y medio en los Juegos Olímpicos de Tokio. Un privilegio que sólo ha estado al alcance de un reducido grupo de segovianos a lo largo de la historia, como Antonio Prieto, María Martín, Carlos Melero, Miguel Ángel Prieto, Ramón Martínez Roig, Pablo Ordejón Díez, Agustín Fernández o Tomás Velasco Palomo.
Llorente tuvo que emigrar a Cataluña cuando todavía era un niño para llegar a ser profesional de su deporte ante la ausencia de instalaciones adecuadas en Segovia. La falta de oportunidades con la que se enfrentan en su tierra es uno de los grandes problemas para estos jóvenes segovianos. Aun así hay algunos que han apostado por cimentar sus proyectos profesionales en casa. Es el caso de Jorge Rapp, que con sólo 27 años ya ha abierto su propia gestoría, o de Dácil Mesa, que ya trabaja como una más en la clínica odontológica familiar.
Entre los que tuvieron que dejar Segovia se mantiene intacto el deseo de volver en la mayoría de los casos, aunque antes quieren demostrar que atesoran talento para hacer grandes cosas. Los nuevos felices años veinte pueden serlo gracias a todos ellos.