Lucha de fuerzas por la mesa del Congreso

Ángel A. Giménez (Efe)
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La designación de los puestos en el órgano de mando del Hemiciclo se convierte en la primera gran batalla postelectoral entre los partidos, en la que nadie está dispuesto a perder un sillón

Lucha de fuerzas por la mesa del Congreso

Elegir a los nueve integrantes de la Mesa del Congreso es un proceso complejo que requiere, primero, una negociación minuciosa entre los grupos y, después, una votación alambicada, con papeleta y en urna, en la que un despiste puede dar al traste todo lo hablado hasta ese momento. 

En la época del bipartidismo, el proceso no era tan rebuscado porque no cabían tantas combinaciones. Pero ahora, con un Congreso fragmentado y cinco partidos con alta representación, las matemáticas tienen que ajustarse a su condición de ciencia exacta.

Tras la reunión del martes en La Moncloa entre Pedro Sánchez y Pablo Iglesias, el PSOE y Unidas Podemos comenzaron ayer un diálogo que inevitablemente incluirá sumas y restas. Los socialistas parten con ventaja gracias al resultado de las elecciones, y no tanto por su número de escaños, 123, como por la distancia que ha conseguido respecto a los tres partidos del centro-derecha: el PP suma 66 diputados, Cs 57 y Vox 24. Junto con los parlamentarios electos de Unidas Podemos (42) suman 165 escaños y, por ello, se harán con el control de la Mesa del Congreso si así lo pactan.

Esto es compatible con que PP y Ciudadanos (a priori Vox no entra en las combinaciones) tengan representación en este órgano si no hay sumas entre otros grupos que superen los 66 escaños populares y los 57 naranjas.

En la sesión constitutiva de las Cortes, el próximo 21 de mayo, los diputados electos asistentes (350 si están todos) eligen en una primera votación al presidente; en una segunda, a los cuatro vicepresidentes; y en una tercera, a los cuatro secretarios.

Las tres se hacen en urna: los diputados depositarán siempre una papeleta con un solo nombre.

Para la elección del presidente tiene que haber mayoría absoluta, y si ésta no sale, se celebra una segunda votación con los dos más votados. Gana quien tenga más apoyos.

El sistema de votación de los cuatro vicepresidentes y los cuatro secretarios es el mismo. Será vicepresidente primero quien tenga más papeletas, vicepresidente segundo quien aparezca a continuación y así sucesivamente. Un matiz importante: estas votaciones no consisten en síes o en noes a una candidatura, sino en cuantas papeletas llevan el mismo nombre.

Si PSOE y Unidas Podemos llegan a un acuerdo para ser mayoría y repartirse los puestos, no tendrán problemas. El presidente que pacten saldría a no ser que todos los demás grupos designar a un diputado.