La Real Fábrica formará nuevos sopladores de vidrio

A.M.
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El soplado de vidrio, declarado por el Gobierno como Manifestación Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial, tendrá escuela en La Granja

Un soplador de vidrio en pleno trabajo en la Real Fábrica de La Granja - Foto: Rosa Blanco

La formación regresará a la Real fábrica de Cristales de La Granja en un proyecto, similar a las escuelas-taller, que se prepara con la Consejería de Empleo e Industria de la Junta de Castilla y León. Al hilo de la aprobación por el Gobierno del soplado de vidrio como Manifestación Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial, el objetivo principal será captar el interés de los jóvenes sobre el mundo del vidrio, para intentar tener una base de personas que puedan continuar en el futuro dentro de la industria artesana del vidrio y que no desaparezca, segun el presidente de la fundación, Andrés Ortega.

Para la Real Fábrica de Cristales de la Granja, a juicio de su director, Javier Ramos, el acuerdo del Ejecutivo que preside Pedro Sánchez supone el «reconocimiento a una técnica que la fábrica ha procurado mantener desde hace 300 años y a aquellos talleres, como Gordiola, en Palma de Mallorca, que consiguen mantener con esfuerzo los hornos encendidos y la técnica vigente».

Gracias a esta decisión, ha añadido Ramos, «se ha dado un paso más en el reconocimiento de la fábrica como centro de difusión de una técnica que se estaba perdiendo, prácticamente desconocida para mucha gente, el cristal está de moda, tiene muchas ventajas sobre los demás materiales, hasta tal punto que la Asamblea de Naciones Unidas ha declarado 2022 como Año Internacional del Vidrio, lo que pensamos aprovechar, no solamente potenciando todas aquellas actividades de investigación y formación que caracterizaron desde su origen a la fundación Centro Nacional del Vidrio, sino con nuevos programas que celebren el acontecimiento que tardará en repetirse, que nos afecta a todos».

La técnica del vidrio soplado puede rastrearse en la península desde la Antigüedad, proveniente del Mediterráneo Oriental, donde suele fecharse a mediados del siglo I a.C. Se desconoce la fecha exacta de introducción del vidrio soplado en España, pero ya Plinio da cuenta de la fabricación del vidrio en Hispania hacia el tercer cuarto del siglo I d.C.

El Ministerio de Cultura explica que la técnica del vidrio soplado será excepcionalmente trabajada en el arte islámico de la península, floreciendo talleres que tendrán su continuación e influencia en la Edad Moderna de contexto cristiano, destacando fundamentalmente los talleres de la Corona de Aragón. A lo largo de toda la geografía, se perfeccionarán técnicas decorativas de aplicación y filigrana, así como tipologías de piezas que se irán consagrando con el paso del tiempo: vasos, jarras, candiles, redomas o jarrones, entre otros.

El siglo XVIII vivirá un florecimiento económico con las políticas económicas de los Borbones centradas en la producción nacional, de cuya línea nacerá la Real Fábrica de Vidrios de La Granja, en Segovia; así como en el fomento de la producción con el beneplácito real por parte de propietarios privados, como es el caso de la Fábrica de Gordiola en Mallorca. Estas dos manufacturas mantienen el soplado artesanal y semi-artesanal, de ahí que se haga referencia expresa a ambas como parte central de la declaración. En el contenido del Real Decreto se hace referencia a la descripción de esta técnica estableciendo que sus procesos, conocimientos, productos, instrumental y maquinaria asociada, así como espacios arquitectónicos presenta un conjunto de valores históricos, inmateriales, tecnológicos y artísticos que merecen de preservación, por ser una actividad vinculada a la cultura española, con grandes centros de producción.