El socorrista auxiliado

Nacho Sáez
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La rápida intervención de dos policías locales salvó la vida el domingo pasado al director de la Escuela Segoviana de Socorrismo, que sufrió una parada cardíaca durante la Carrera Monumental

Luis Miguel Pascual, junto a sus hijos, Arturo y Darío, ayer en los pasillos del Hospital General de Segovia. - Foto: Rosa Blanco

Paradojas de la vida, a Luis Miguel Pascual le salvaron de la muerte el pasado domingo esas maniobras de reanimación cardiopulmonar (RCP) que él tantas veces ha enseñado a otros a lo largo de las cuatro décadas que acumula a sus espaldas como formador de socorristas. Esta vez, sin embargo, en el suelo no había un maniquí para recibir los masajes sino que era él quien necesitaba auxilio, en este caso de verdad, para que no se le parara definitivamente el corazón. Había colapsado en plena competición en la Carrera Monumental.

Al ir situado en el pelotón de atletas de cola, los policías locales que cerraban la carrera tardaron solo unos segundos en llegar hasta él. Le practicaron las pertinentes maniobras de RCP hasta que llegó una ambulancia con un desfibrilador y, posteriormente, una UVI. Entre todos consiguieron estabilizarlo y en definitiva salvarle la vida, y al ingresar por Urgencias en el Hospital General de Segovia, Pascual ya tenía pulso y había recuperado la consciencia. Todo se había quedado en un buen susto.

Apenas cuatro días después atiende a El Día de Segovia. Todavía son visibles en su cara las heridas por la caída al suelo tras sufrir el desvanecimiento. «Lo último que recuerdo es diez minutos antes de empezar la carrera calentando con mi hijo por la zona de la salida», cuenta. «No me acuerdo de nada a pesar de que mandé un vídeo por Whatsapp a mi familia cuando ya iba por el kilómetro cuatro», añade. La prueba no tenía nada de especial para él, más allá de realizar un rodaje algo más largo de lo que acostumbra. Explica que suele correr seis o siete kilómetros y que en esta ocasión tan solo iba a tener por delante tres más hasta completar esos 10.000 metros de los que consta la Carrera Monumental desde su primera edición.

Sin embargo, no iba a ser su día. Aunque asegura que no notó nada raro en las horas anteriores a su desvanecimiento, lo cierto es que sufrió un estrechamiento arterial que le provocó esa parada cardíaca. O eso al menos le han dicho los médicos. «No ha llegado a ser un infarto, no ha muerto el tejido», apunta el propio Pascual, que no obstante ha sido sometido a un cateterismo en Valladolid.

Desde allí volvió a ser trasladado al Hospital General de Segovia, donde este jueves a mediodía recibió el alta. Minutos antes de marcharse a casa no dejaba de bromear: «Como soy un paquete, en la carrera iba de los últimos». Ahora, a sus 59 años, sabe que comienza un tiempo de reposo para él, pero aspira a retomar su afición por el atletismo popular. «No me desanimo», señala antes de desvelar que le gustaría poder conocer a los policías locales que le atendieron. No tiene palabras negativas para nadie: «Lo que tenía que funcionar funcionó muy bien». Desde su experiencia en primeros auxilios, eso sí, hace hincapié en algunos aspectos. «Es importante que en carreras así haya una ambulancia medicalizada y que la Policía vaya con un desfibrilador encima», concluye.