Un sueño culinario hecho realidad

Patricia Martín
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'El fogón' de Julián Conde Santos, Bar El Cochifrito.

Hace tiempo que a Julián Conde Santos le rondaba en la cabeza la idea de llevar, directamente al público, la alta calidad de la materia prima y los conocimientos atesorados durante tantos años como ganadero de porcino. El proyecto tiene ya nombre y ubicación: el Bar El Cochifrito, en la avenida de la Acueducto, en un local con una gran solera hostelera en la ciudad, el antiguo bar Los Faroles. 

Julián Conde es un hombre con las ideas muy claras y así lo transmite:«Dar la máxima calidad, a un precio asequible, en poco tiempo y en lugar de paso para todo el mundo». Un resumen de lo que los primeros clientes del bar El Cochifrito ya han podido disfrutar, en su primera semana de andadura. Un establecimiento que «aúna la tradición con lo moderno. Hemos mantenido la esencia del lugar, conservando las vigas de madera del techo, que hemos pintado de blanco», detalla Julián Conde. Además han buscado materiales modernos como el acero corten y una gama de colores «en robles, grises y marrones». 

El plato estrella está a la vista y al alcance de todo el mundo:el cochifrito. Unas estupendas raciones de esta forma tan deliciosa y crujiente de comer cochinillo, pequeño bocados llenos de sabor, que si se tercia, el cliente puede pedir llevárselo a sucasa, porque se lo pueden preparar en una cajas adecuadas para su traslado. 

variedad de ideas. Julián Conde recuerda que en breves fechas podrá ofrecer sus clientes dos platos muy especiales: cochinillo asado y gambas a la plancha. La variedad de propuestas en raciones del barEl Cochifrito pasa por embutidos ibérico; queso; ensalada ‘Bilbao’; ensalada de gulas templadas; croquetas de salmón y de bacalao; pulpo a la gallega; mejillones en salsa, o los ‘Judiones de Martín’. Para el propietario de El Cochifrito lo más importante es que las personas que pasen por su casa, puedan disfrutar de una propuesta gastronómica de gran calidad y que no tengan que esperar mucho tiempo para tener los platos listos en la mesa. El Cochifrito dispone de una barra y de siete mesas, en el interior del local, y seis más en la terraza. 

ilustre vecino. Julián Conde cuenta con la ayuda y complicidad de su mujer, «que lleva la contabilidad», de su hija, y del personal que ha contratado. Él está al frente de los fogones junto con otro cocinero. «Como abrimos desde las siete y media de la mañana hasta las once y media o las doce de la noche, necesitamos tener dos  turnos de camareros», señala Julián Conde.

En total son siete personas para hacer realidad el proyecto del bar El Cochifrito. Su propietaria resalta que con la oportunidad de quedarse con este céntrico e histórico local, a pocos metros del Acueducto, se dieron todas «las circunstancias favorables» ofrecer a los segovianos y los visitantes, una propuesta «única» basada en el sabor y el gran placer culinario que ofrece el cochifrito, junto al resto de raciones, con las que espera conquistar muchos paladares. «Los primeros siete días y siete noches», han sido un éxito.