Fernando Lussón

COLABORACIÓN

Fernando Lussón

Periodista


Pintan bastos para el PSOE

18/01/2022

Pintan bastos para las perspectivas electorales del PSOE. En Castilla y León, donde se celebran elecciones autonómicas en menos de un mes, y en Andalucía donde podrían celebrarse en el mes de junio. La tendencia de todas las encuestas es que el Partido Popular ganará en ambos territorios y aunque podría aproximarse a la mayoría absoluta no la conseguirá, por lo que necesitara de apoyos externos para superar las sesiones de investidura de sus candidatos. Los mismos sondeos, que tanto contribuyen a hacer la fotografía del momento como pueden tener la intención de encauzar a la opinión pública o generar un determinado clima, subrayan que el PSOE no logrará en ninguno de los dos casos ser la fuerza más votada como consiguió en las anteriores elecciones en ambas comunidades autónomas, en las que no pudo gobernar porque Ciudadanos decidió dar su apoyo al Partido Popular.  

En ambos casos, cuánto más cerca de la mayoría absoluta queden los candidatos del PP más posibilidades tendrán de evitar el abrazo del oso que prepara el líder de Vox, Santiago Abascal. Con el partido naranja como una fuerza política residual, si nada lo remedia, o aunque algo pueda aportar, al Partido Popular solo le quedará la muleta de Vox, que tras ser garante de los gobiernos populares desde fuera no está por la labor de seguir dando su apoyo gratis, como ha recordado Abascal el último fin de semana, durante la precampaña en Castilla y León. Tanto en esta comunidad como en Andalucía se da, según las encuestas, la misma circunstancia, el PP obtiene más diputados que la suma de los partidos de izquierda, lo que le allana el camino de la gobernabilidad y la ausencia de alternativa, por lo que Vox tendría menos posibilidades de exigir la entrada en los gobiernos, para alivio de Pablo Casado, que es lo que ha ocurrido en Madrid, porque la ultraderecha nunca va a realizar un pacto antinatura con los partidos de izquierda.  Pero si puede exigir que el partido de Inés Arrimadas se quede fuera de cualquier combinación. 

Aunque Ciudadanos quisiera desempeñar ahora el papel que nunca se atrevió a interpretar, ser un partido bisagra volcado en la regeneración democrática en aquellos lugares donde un partido había establecido un régimen dada la larga continuidad de su gobierno –lo hizo en Andalucía contra el PSOE, pero no en Castila y León o Madrid, contra el PP-, es muy posible que las urnas no les den una nueva oportunidad.  

En estas circunstancias, al PSOE le interesa, casi más que al presidente del PP, Pablo Casado, que los dos procesos electorales previstos a corto plazo, se desarrollen cuanto antes para minimizar los daños ante la imposibilidad de revalidar sus victorias electorales y alejar así el 'efecto cambio de ciclo' lo más posible de las elecciones previstas para 2023. Casado quiere el aval de las urnas para deshacerse de la sombra de Isabel Díaz Ayuso y el PSOE poner distancias para ver si la recuperación económica termina de llegar, los fondos europeos comienzan a dejar sentir sus efectos, la pandemia cede y la ciudadanía comienza a reconocer una mejoría en sus condiciones de vida como consecuencia de las políticas del Gobierno, algo que ahora no ocurre.  

Las elecciones en Castilla y León son un auténtico banco de pruebas para todos los partidos y también para el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, candidato vicario del PSOE