Canción de hielo y fuego

Sergio Arribas
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Clara Luquero (PSOE) y Pablo Pérez (PP) protagonizan el 'cara a cara' de La 8 Segovia

Luquero y Pérez, momentos antes de iniciar el debate, moderado por Noelia Duque. - Foto: Rosa Blanco

‘Juego de Tronos’ ha sido aclamada como la mejor serie televisiva de la historia. Y lo es pese a que su final, tras ocho temporadas y 71 episodios, ha dejado entre sus fieles un sabor agridulce. «No hay nada más poderoso en el mundo que una buena historia» avisó, en el último episodio, su personaje más carismático, Tyrion Lannister. La historia o trama es lo importante. El final da un poco igual.

Al igual que en la serie de HBO, el último debate electoral de La 8 Segovia, que enfrentó a Clara Luquero (PSOE) y a Pablo Pérez (PP), tuvo un final salomónico, que puede dar gusto a todos, o quizá decepcionar a quienes buscasen un claro vencedor, merecedor del Trono de Hierro, esto es, de la Alcaldía de Segovia, valga la pirueta en la comparación.

Lo importante no es quien ganó, sino las propuestas y proyectos para Segovia, esto es, la historia y no el final. Y en este capítulo de La 8 Segovia de CYLTV, la historia dio pocas sorpresas, con propuestas y proyectos ya conocidos y repetidos hasta la saciedad en campaña por ambos candidatos, que acudían a la cita con un nerviosismo añadido, el que marca el poder de la imagen que solo ofrece el formato televisivo.

En el ‘cara a cara’ más esperado de la campaña, el aspirante Pérez vino a partirse la cara y la poseedora del cetro, Luquero, a que no se la partieran. De ahí la actitud al ataque, en ocasiones agresiva, del popular y el pose de baja tensión, de pegada calculada, de la socialista, de quien se sabe que no puede arriesgarse a perder lo que ya tendría ganado en las encuestas.

«Hubiera firmado antes este debate», confesaba una de las asesoras de Pérez, eufórica, como el resto del equipo popular de campaña, al ver el aplomo y soltura con la que se manejó su candidato, algo impensable hace solo unos meses para los suyos, algunos recelosos por ser el aspirante impuesto desde Génova. 

En las antípodas, la estrategia de Luquero, que optó por mantener un perfil más institucional, si se quiere conservador, de no entrar al trapo ante las provocaciones de Pérez, que por momentos recordó el «estilo Albert Rivera», mostrando varias fotografías a cámara, sobre el deterioro del parking de José Zorrilla o de calles recién reformadas, inaccesibles con bordillos superlativos. Cabe preguntarse el porqué Luquero rehusó el cuerpo a cuerpo y no quiso contraatacar con bombas de mayor calibre.

SEIS TEMAS. Bajo la batuta de la periodista Noelia Duque, que ya capeó el anterior debate televisivo, a cinco, el ‘cara a cara’ arrancó con la presentación de los candidatos, continuó con el debate de seis grandes temas —desde la economía al patrimonio, de los servicios municipales a la movilidad— y finalizó con el ‘minuto de oro’ con el que Luquero y Pérez pidieron el voto a los electores.

Valga el ejemplo del arranque para comprender como discurrió el resto del debate. Desde su primera intervención, Luquero encendió el ‘chip’ para recitar de memoria algunos de los logros socialistas. «Tenemos un ambicioso proyecto de futuro para Segovia y necesitamos su voto para seguir transformando la ciudad», dijo. La sensación era que la candidata pretendía anestesiar el debate, no elevar el tono, no salirse del guión, contar lo que ya había contado en anteriores debates y entrevistas, huyendo de la pelea en el ‘barro’ que, desde un principio, le propuso Pérez.

Y es que el popular arrancó fuerte, preguntando a los televidentes: «No me creo que usted, como yo, no esté harto de este gobierno y de su alcaldesa». Aunque ya era sabido, Pérez remarcó que era Minsait y no Indra —ambas presididas por Fernando Abril Martorell— la empresa que desembarcaría en el edificio CIDE del CAT, que definió como un «mamotreto» al que se había destinado el dinero público que, a su juicio, debería dedicarse a los barrios «los grandes olvidados».

Luquero se preguntó el porqué de su «agresividad», que atribuyó a un mal consejo de sus asesores y tras negar su afirmación se preguntó: «¿es que usted va a hacer ascos a la llegada de grandes empresas?», las mismas, según añadió, que darán empleo a los hijos de los vecinos de esos barrios.

Entre otras ‘enganchadas’, cuando Pérez sacó su plan de reparación de desperfectos en las calles en 72 horas, el ‘telebache’, que Luquero, con ironía, calificó de «política de altos vuelos»; o cuando el popular acusó a la socialista de «gobernar de oído» porque «su problema es que no pasea por las calles, solo baja del coche oficial si hay dulzaina o foto oficial», palabras que provocaron indignación en la socialista.

La protección del patrimonio, el urbanismo, la movilidad, el alumbrado… temas que fueron saltando sobre la mesa. Pérez, un tanto envalentonado, no perdía oportunidad de tirar piedras al tejado de Luquero, empeñada más en transmitir su mensaje que en replicar al popular.

Tras la refriega, el intenso ‘minuto de oro’. «Basta ya de excusas, de ser mediocre y no tener ambición», espetó el popular, mirando a cámara, que subrayó «la oportunidad de sacar al ayuntamiento del conformismo y la parálisis». «Quiero —añadió— que Segovia sea una tierra de oportunidades, cómoda, accesible y moderna, pensada para los segovianos . El PP es un partido estable, de gobierno y otras formaciones son bisagra», dijo Pérez, no sin antes dejar entrever que el PSOE podría alcanzar nuevamente el Gobierno tras un pacto con Ciudadanos.

Luquero, en tono mucho menos enérgico, advirtió que «no podemos volver a la parálisis que existía antes de que llegara el Gobierno del PSOE, con autobuses con agujeros que se quedaban en las cuestas» con proyectos «empantanados» como era la rehabilitación de la Casa de la Moneda o la desidia de «no cobrar alquileres [de edificios municipales] como ocurría con la cafetería de la estación de autobuses». «Segovia ha cambiado mucho pero todavía queda mucho camino por recorrer juntos» recalcó Luquero, para pedir después la concentración del voto progresista para «avanzar juntos, sin dejar atrás a nadie». 

En La 8 Segovia se escribió la historia. El final no se conocerá hasta el domingo. Será el último episodio, donde su final o desenlace, a diferencia de en ‘Juego de Tronos’, si será trascendente. Los electores tendrán la palabra, sean o no fieles de la serie de HBO. Por cierto, inspirada en la serie de novelas ‘Canción de hielo y fuego, de George R.Martin.