La entrada de una depresión aislada en niveles altos (DANA) de la atmósfera, este lunes, será especialmente recordada por algunos vecinos del barrio de San Millán, sobre todo quienes viven en el número 5 de la Plaza Fernán González, con fachada posterior a la Plaza Aurelio Hernández. Allí, cerca de la entrada al garaje, la fuerza de bajada del río Clamores reventó el pavimento y abrió un boquete que se terminó tragando un coche y una furgoneta, que han sido rescatados, este miércoles, dejando a la vista el cauce del afluente del Eresma, soterrado en la primera mitad del siglo XX.

Ha sido una señal para que no se olvide que Segovia tiene un cauce que discurre por su casco urbano, que no solo se ha canalizado, sino que se ha construido encima. Esta circunstancia, unido a la acumulación de agua en las aceras que iba a desembocar a la vía o a la sequía, que ha influido para que se puedan haber formado tapones, provocó inundaciones en sótanos y en locales de muchos puntos de la capital, colapsó las centralitas de la Policía Local y de los Bomberos, que realizaron quince intervenciones.

En unas dos horas se llegaron a acumular 35,8 litros por metro cuadrado de agua y granizo en la ciudad, 31 en San Rafael, la segunda y tercera más altas de Castilla y León, pero 20 litros pudieron caer en apenas 20 minutos, lo que agravó la situación. La sala de operaciones del centro de emergencia 112 Castilla y león recibió, desde las 18,22 horas, un total de 60 llamadas, principalmente procedentes de Segovia. Se atendieron llamadas por inundaciones de garajes y viviendas, así como por balsas de agua en las calles Velarde, Corta, San Gabriel, Baltasar Gracián, Avenida Gerardo Diego, Madre Selva o la Plaza Somorrostro.

En el resto de la provincia de Segovia, se notificaron al 112 inundaciones o problemas por precipitaciones de lluvia en Bernuy de Porreros, La Lastrilla, Sotillo e Ituero y Lama. Sobre todo resultó afectada la zona de la Comunidad de Villa y Tierra de Fuentidueña donde tuvieron que desplazarse los equipos de vías y obras de la Diputación para limpiar las carreteras que se vieronto afectadas por las inundaciones. Los equipos trabajaron en la carretera que une Fuentidueña y Sacramenia (SG-V-2425), tramo que tuvo que ser cortado para proceder a realizar trabajos de limpieza, así como el comprendido entre Burgomillodo y San Miguel de Bernuy perteneciente a la SG-V-2411.

Además, los municipios de Carrascal del Río y Cobos de Fuentidueña se vieron afectados por el suministro eléctrico. SOCAVÓN. En San Millán, muy próximo a su popular ‘Pirámide’, la fuerza del agua abrió un socavón en la Plaza Aurelio Hernández, hacia las 21,40 horas de la noche, tragándose un vehículo que se encontraba aparcado y, posteriormente, hacia las 23,00 horas, una furgoneta que había quedado colgando.

Con el susto en el cuerpo, los vecinos bien sabían que viven sobre el cauce del Clamores. En un principio, por razones de seguridad, los bomberos desalojaro dos inmuebles con entrada por la plaza Fernán González, aunque posteriormente los vecinos de uno de ellos, el más alejado del boquete, pudieron regresar, además de acordonar la zona. En las operaciones de seguridad también participaron efectivos de la Policía Local y del Cuerpo Nacional de Policía, además de que acudieron servicios sanitarios.

La alcaldesa Clara Luquero, junto con otros miembros de la corporación, mantuvieron un encuentro con los afectados en el local de la asociación, en torno a una docena, y les buscaron un realojo a través de los servicios sociales municipales, que solo necesitaron cuatro personas, miembros de una misma familia. El resto, después de entrar a sus domicilios acompañados por los bomberos, para recoger los enseseres necesarios y, en algunos casos, medicinas, pasaron la noche con familiares. Tras una reunión entre el concejal de Obras, Miguel Merino, los ocupantes de las cinco viviendas del bloque afectado, ya que una se encuentra en este momento sin habitar, regresaron a casa.

Asimismo acordaron que, este miércoles por la mañana, se rescataran los vehículos, recuperados con una grúa, prácticamente destrozados. La decisión se adoptó después de que comenzadas las obras para consolidar la zona afectada, con el desescombro del socavón, y los técnicos comprobaran que los pilotes del inmueble están en buenas condiciones, acreditando que no presenta movimientos. No obstante, se han colocado testigos para llevar a cabo un control instantáneo. No obstante, los vecinos aún no han recuperado el servicio de gas y deben abandonar el inmueble durante las horas de trabajo de la maquinaria pesada. Miguel Merino ha agradecido el comportamiento, la templanza y la comprensión de los vecinos, «que están sumamente agradecidos, cuando quien lo teníamos que estar somos nosotros hacia ellos porque han colaborado en todo momento».

Con una intervención de emergencia, aún sin presupuestar, la prioridad municipal es garantizar la estructura del edificio y de la calle. Según Merino, una vez llevado a cabo el desescombro, los técnicos municipales volverán a realizar una evaluación de la situación y en base plantear la posibilidad de llevar a cabo un gunitado constructivo que consistente en proyectar hormigón con un cañón a alta presión, pudiendo construir sobre cualquier tipo de superficie, inclusive la tierra, para conseguir un muro continuo, con mayor resistencia y menor espesor, pudiendo soportar y contener la presión ejercida por el terreno, ofreciendo también una impermeabilización óptima gracias a la baja porosidad. No se descarta que pueda plantearse otra intervención.