Minirrevolución en el mapa de líneas de autobuses urbanos

D. A.
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Avanza cambia de gerente y prepara reajustes con el Ayuntamiento que afectarán a más de la mitad de los usuarios. Estudian poner un bus más en la 4, dejar la conexión con el AVE con sólo una línea, en lugar de las dos actuales, y reunificar 8 y 9

Minirrevolución en el mapa de líneas de autobuses urbanos

Los cambios que prepara el Ayuntamiento con la empresa que gestiona el transporte urbano de Segovia, Corporación Española de Transporte, del Grupo Avanza, apuntan a ser de mayor calado del que cabía suponer. Los problemas detectados por los usuarios en los meses que lleva operativo el nuevo mapa de líneas (desde el 1 de abril, a la vez que se estrenaban autobuses) ya son conocidos porque de ellos se viene hablando desde los primeros días. Lo novedoso está en los remedios que se plantean a tales ‘males’ y que bien pueden calificarse en su conjunto como una minirrevolución, dado que afectarán a más de la mitad de los usuarios. En teoría para beneficio de la mayoría, o esa es al menos la intención, aunque todo tiene sus pros y contras y, con toda seguridad, habrá quienes se sientan perjudicados por unas medidas en las que el Ayuntamiento y la empresa llevan meses trabajando con la intención de aplicarlas antes de que acabe este año. Ese es al menos el objetivo, salvo giro imprevisto tras las conversaciones pendientes con los grupos municipales y entre las dos partes implicadas directamente en el estudio de los reajustes.

Las principales «debilidades» detectadas, tal y como las califica la concejala de Transporte, Claudia de Santos, están en los retrasos que sufre la línea 4 prácticamente desde el primer día tras la reordenación del 1 de abril; la descoordinación entre autobuses y trenes en las líneas que conectan con el AVE (11 y 12), aunque ha habido épocas peores que la actual; y en los desajustes horarios de las líneas 8 y 9 (las que dan servicio a Zamarramala, Puente de Hierro y Hontoria), que se crearon al desdoblar la antigua 8 y empeoraron el servicio que se presta sobre todo a los escolares a primera hora de la mañana. Cierto que a principios de este mes se reforzaron ambas con sendas expediciones que corrigen esa laguna, pero tal medida se ha adoptado como algo provisional. Y las soluciones que se plantean son, fundamentalmente, poner un autobús más en la 4; dejar la conexión con la estación del AVE con una única línea cada 20 o 25 minutos, en lugar de las dos actuales; y volver a unificar la 8 y la 9 con un itinerario que aún está por desvelarse, igual que en el caso de las paradas del recorrido hasta la estación.

Por otro lado, tales modificaciones se están fraguando a la vez que se producía un sorprendente relevo en la gerencia de la empresa, ya que la etapa de quien ocupaba ese cargo, Alicia Hernández, ha durado diez meses.Toma su relevo otro mando que ya estaba trabajando en Segovia, Josu Cano, quien ejerce sus nuevas funciones desde hace apenas dos semanas. Fuentes oficiales de Avanza responden a El Día que es «un tema de reestructuración interna de la compañía», sin más, aunque no por ello deja de resultar llamativo lo breve que ha resultado la etapa de Alicia Hernández, que sólo llevaba de gerente desde diciembre de 2018.

En cuanto a los cambios en las líneas, el que menos dudas suscita, por resultar positivo para todos si se aplica tal cual se baraja, es el de la línea 4, la circular, que es además la más utilizada, al acaparar en torno al 30% de los viajeros de todo el servicio.Con la reordenación del 1 de abril se sumó un quinto autobús a esta ruta con idea de mejorar su frecuencia hasta dejarla en 15 minutos, frente a los 18 o 20 de antes. Así se pretendía potenciar su condición de eje vertebrador de todo el sistema de transporte, ya que va por toda la ciudad y de este modo se podía intercalar mejor con las líneas de los barrios, que mayoritariamente se mueven en frecuencias de 15 minutos o múltiplos de 15. En la práctica, sin embargo, los conductores vieron recortado el tiempo que tienen para hacer todo el recorrido, y como en cada vuelta que dan pierden entre tres y cinco minutos, van acumulando retraso durante toda la jornada. Un problema que ahora se pretende resolver metiendo otro bus, el sexto.

Esa modificación podría estar en parte relacionada con la que se plantea para las líneas 8 (Hontoria-Puente de Hierro-Colón) y 9 (Puente de Hierro-Plaza de Artillería-Zamarramala). Antes del 1 de abril, sus usuarios contaban con una única línea, la 8, que se decidió desdoblar (8 y 9) para ampliar su cobertura y mejorar frecuencias, pero pronto surgieron las quejas, sobre todo, porque los escolares se toparon con que los horarios de paso por parada les iban peor ahora para ir a sus colegios: o madrugaban más para coger el bus o el siguiente ya lo cogían demasiado tarde. El Ayuntamiento resolvió el problema a principios de este mes con una expedición más por la mañana en cada una de estas líneas, pero ese es un refuerzo provisional, a la espera de una solución permanente que, según se baraja, pasa por volver a unificar la 8 y la 9 en una sola línea. «Pero no tiene por qué recuperarse exactamente el mismo itinerario de antes», el de la antigua 8, según matiza a El Día la concejala de Transporte. 

El cambio más controvertido. Sucede parecido con la propuesta de «unificar» las líneas 11 (Acueducto-Estación AVE) y 12 (Centro-Estación AVE), algo que ya generó controversia años atrás.Sucedió en el verano de 2016, cuando la alcaldesa, Clara Luquero, presentó un avance del nuevo mapa de líneas que se pensaba introducir en el pliego de condiciones técnicas que regiría el proceso para la adjudicación de la nueva contrata: el plan de entonces ya incluía sustituir la 11 y la 12 por una única línea que coincidiría en su mayor parte con el itinerario de la 12, pero ampliado y con la estación de autobuses como final e inicio de ruta. Pero algunos grupos municipales de la oposición manifestaron su rechazo, hubo recogidas de firmas de usuarios contrarios a esa unificación, entre otros motivos, porque obligaba a hacer transbordos a los vecinos de San Lorenzo y Nueva Segovia, habituales de la línea 11, aparte de que el recorrido se alargaría por encima de los 15 minutos que suele tardar el bus entre la estación y el final de línea en el Acueducto (Vía Roma) o en el paseo EzequielGonzález (a la altura de los jardinillos de SanRoque), y al final la alcaldesa aceptó dejar las dos líneas como estaban. Entonces calificó ese cambio de planes como «una decisión política», ya que el criterio técnico subrayó que avalaba en realidad la supresión de una de las dos líneas, lo cual suponía un ahorro de «más de un millón de euros». 

Ahora, en cambio, se plantea de nuevo la unificación de ambas líneas, aunque está por verse si la propuesta incluiría un itinerario como el de 2016, más largo que los actuales de la 11 y la 12, o diferente. Además, entonces se habló de fijar frecuencias de 15 minutos en la nueva conexión y De Santos señala ahora que la idea es «pautar frecuencias de 20 o 25», si bien eso «no está cerrado». Así también se espera dar respuesta a la descoordinación de horarios entre los trenes y los autobuses: dejando de intentar adaptarse a Renfe, puesto que se marcaría una frecuencia fija que a ciertas horas podrá ser peor para los usuarios, ya que hay franjas en las que la espera es de apenas cinco minutos, pero también llegan a producirse actualmente esperas de media hora que de esta forma se evitarían.

DeSantos subraya en cualquier caso que se trata de «propuestas conjuntas» del Ayuntamiento y Avanza en las que aún están trabajando. «Tenemos que cuantificar todavía el coste de estos cambios, aunque los estudios van por ahí», incide.

Conflicto laboral. Por otro lado, aún está por resolverse el conflicto de Avanza con los conductores por lo que ellos llaman ‘tomadeje’. Es el tiempo que dedican a preparar el inicio de cada servicio, caso del repostaje, liquidación de recaudación, control de alcoholemia para desbloquear el arranque, el trayecto desde cocheras al inicio de la línea... Antes la empresa pagaba por esos minutos como un extra aparte de la jornada ordinaria y ahora no, así que los conductores decidieron meses atrás incluirlos dentro de la jornada ordinaria, de modo que las primeras expediciones de la mañana arrancaban ya con un buen puñado de minutos de retraso práctiacmente por sistema. En el verano no se ha notado este problema porque los conductores decidieron dar una tregua para no complicar el servicio más de lo que ya lo complican las vacaciones, y ahora que esperaban escuchar una nueva propuesta de la empresa para decidir si retomaban la protesta o no, el cambio en la gerencia les ha llevado a dar más tiempo. Y todo ello, mientras se avanza en una minirrevolución del mapa de líneas que se pretende implementar a finales de este año o principios del próximo.